El FC Barcelona le puso el nervio en el cogote al Real Madrid aplastando a un Sporting bien manejado con el balón pero terriblemente inocente y despistado en defensa, que abandonó el Camp Nou con la goleada de rigor (6-1 esta vez) e incluso pudo dar gracias a no llevarse un marcador más abultado.
A los once minutos ya mandaba por 2-0 el equipo de Luis Enrique gracias a los desajustes asturianos. Mascherano vio irse a Messi y no vio nada la defensa, no cerrando bien ese fuera de juego y permitiendo el cabezazo del argentino sobre la salida desesperada de Cuéllar, atrapado en una pesadilla cada vez que enfrenta al Barça.
Aun dando instrucciones para no repetirse la desgracia, volvió a caer en la trampa el Sporting y esta vez fue Mascherano quien anotó el 2-0 en apenas once minutos de partido. Cada llegada azulgrana era un auténtico drama para la meta asturiana, que alcanzó el descanso con un 3-1 casi milagroso ante las ocasiones que se repitieron por bando local.
El Barcelona se sumó al desastre defensivo para permitir que Castro anotase el 2-1, un gol tan anecdótico en el partido como una imagen preocupante si se piensa en la necesidad de no encajar la próxima semana frente al PSG en la Champions. A Suárez le regaló la zaga del Sporting el gol de la calma antes del descanso. Cuando todo se daba ya por hecho.
Descanso y Goleada
Tal fue así que en el segundo acto ya no apareció el uruguayo y Paco Alcácer ocupó su lugar en el campo, sumándose de inmediato a la fiesta tras una asistencia de Messi no mucho antes de que Luis Enrique también decidiera, a la hora de juego, dar descanso a la pulga.
Se fue del campo Leo y tomó el papel protagonista Neymar, quien rozando el gol en dos ocasiones no falló a la tercera, en un lanzamiento de falta que acabó con Cuéllar dentro de la portería, como el balón.
Entregado y sin ningún argumento, el equipo de Rubi miraba hacia el reloj suplicando que acabase aquella tortura, que lo hizo después de que Rakitic se sumase también al festival anotando el 6-1 en probablemente la tarde liguera más tranquila que se recuerda en el Camp Nou.