Pocos, quizá, lo conozcan como Michel Faro do Prado. En cambio, este tatuador brasileño de 44 años es más recordado como el ‘diablo paulista’ o el ‘satán humano’.
Todo debido a las transformaciones a las que ha sometido su cuerpo para parecer la encarnación del mismísimo diablo. Y está orgulloso de eso.
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El más reciente cambio fue el de cercenar el dedo anular para que su mano parezca más la pata de una bestia.
Esta intervención llamó la atención del diario estadounidense The New York Post , que dijo: “Michel Faro do Prado acaba de cortarse uno de sus dedos anulares, mostrándolo en una espantosa foto de su padre sosteniendo el dedo faltante”.
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El tatuador aseguró que lleva 25 años sometiéndose a esos cambios, lo que se refleja en su aspecto, totalmente distante de lo que su rostro y cuerpo algún día fueron.
Tiene tatuado el rostro, cuatro cuernos incrustados, colmillos plateados, orejas y nariz cercenadas, con cortes para que parezcan puntiagudas, entre otras modificaciones.
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“En realidad tengo una buena resistencia al dolor, no creo que nada sea tan doloroso, sufro mucho más en los posoperatorios que en ese momento”, dijo al The New York Post el hombre que cada vez más se parece al diablo.
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“Agradezco a mis amigos el apoyo, respeto y cariño de siempre. En cuanto a los falsos representantes de Dios, les dejo mi desprecio”, publicó en su cuenta de Instagram.
Encontró el amor
A pesar de esto, el ‘Satán humano’ encontró apoyo en Carol, quien es su compañera de vida y de viaje: ella lo ha apoyado en este largo y particular proceso de transformación del tatuador.
Ella es tatuadora y también se ha sometido a algunas transformaciones físicas.
Por el momento se desconoce cuál será la siguiente operación del tatuador. Eso sí: probablemente no se detendrá hasta alcanzar su propósito: convertirse en la auténtica representación simbólica del ‘villano’ del retrato bíblico occidental.
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