Salma Hayek siempre ha llevado con orgullo sus raíces latinas (nació hace 54 años en Coatzacoalcos, en el extremo sur de México).
Es por ello que los últimos días de octubre para ella, a diferencia de sus colegas hollywoodienses, no significa disfrazarse para Halloween, sino el momento de recordar a los que están en el Más Allá.
Por eso la intérprete de Desperado, Wild Wild West o El cuento de los cuentos ha preferido arrodillarse ante el altar que ha montado por el Día de los Muertos y al que no le falta detalle, algo que ha dejado boquiabierto a más de uno de sus fans (tiene 16 millones y medio en Instagram).
Y no solo porque sea cien por cien mexicano, sino porque además está lleno de remembranzas y memorias que ella ha ido recopilando a modo de ofrenda y que, aunque en teoría es un día para no olvidar nunca a los familiares, Hayek se ha tomado el "seres queridos" y no ha dudado en incluir tanto a sus mascotas como a ciertos personajes históricos que han marcado su vida.
La también empresaria ha subido a su cuenta hasta nueve fotografías en las que aparece hasta el menor fragmento de su altar y que ha titulado "¡Feliz Día de los Muertos!", cosechando casi 700.000 likes en menos de 24 horas y algo más de 4.000 comentarios, entre ellos el de Eva Mendes, que le escribió "Hermoso. Simplemente hermoso. Besos, reina".
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Junto a típico bordado, Hayek ha situado diversas cadenas de flores de cempasúchil, velas encendidas, calaveras decoradas, comida tradicional, muñecas y, por supuesto, fotografías de sus añorados acompañantes vitales, a los que ha agasajado con objetos representativos de su vida.
De esta forma, aparecen sus familiares en antiguas instantáneas, sus mascotas o, claro, dos personalidades que han marcado su trayectoria: el primero, Khalil Gibran, el escritor libanés exiliado en Estados Unidos de quien ella es devota por su libro El profeta (de quien, en su labor como productora, logró llevar a cabo una adaptación en animación, una de cuyas voces de doblaje fue la de su propia hija, Valentina Paloma Pinault).
Y la segunda, por supuesto, la pintora Frida Kahlo (aunque también le colocó al lado una imagen del que fuera su esposo, Diego Rivera), a quien interpretó en la película que lleva su nombre y con la que consiguió su única nominación al Oscar a mejor actriz.