Sus padres no entienden cómo Ben Hernett, de solo 37 años, pudo haber muerto tan repentinamente. El fisicoculturista popular buscaba la perfección física al mismo tiempo que conformaba una familia junto a su flamante esposa Emma y a su pequeña hija Gracie.
El atleta británico fue encontrado muerto en la habitación de su casa en Choppingtong, por su padre Ben, quien no podía creer lo que estaba ocurriendo. Le informó al portal "The Chronicle Live" que su hijo "evitaba el alcohol y comía hasta ocho comidas al día para prepararse para las competiciones nacionales".
"Es devastador, nuestras vidas nunca volverán a ser las mismas. Perder a un niño que fue padre no es lo que debería ser", se lamentó su madre Tish.
Hernett se había casado con su novia Emma, de 24 años, hacía ocho meses, y juntos, habían sido padres de Gracie hace menos de cinco.
"Emma era su mundo. Estaba orientado hacia la familia, le encantaba estar con todos nosotros", agregó su madre.
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El buscaba la perfección física, se crió en Choppington junto a su hermana Julie y comenzó a cosechar los frutos de su entrenamiento a partir del 2008, cuando se inició en los campeonatos nacionales de fisicoculturismo.
Fue desde aquel año en el que relegó su trabajo como camionero para centrarse más en su físico el cual desarrolló por más de una década.
Los allegados a la familia y muchas personas del ambiente del culturismo pudieron darle el último adiós a Ben Harnett en la iglesia de St. John en Bedlington.
El atleta británico se suma a una extensa lista de colegas jóvenes que fallecieron repentinamente, como fue el caso de Rich Piana o Meegan Hefford, entre otros.