En muchas ocasiones la vida nos pone frente a retos que creemos que no vamos a superar. No obstante, con el tiempo entendemos que estas pruebas sirven para hacernos crecer como persona y para servir de ejemplo a otros.
En esta ocasión les quiero presentar a Arlene Yunnieth Téllez Calderón, una chavala de 23 años, habitante del barrio Carlos Marx en Managua y que es un ejemplo de superación para aquellas personas que se enfrentan a cambios radicales en su físico.
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Yunnieth padece desde los 14 años vitíligo, una enfermedad que popularmente se conoce como “bienteveo” y que produce manchas o parches en la piel de color blanco.
Todo empezó como una pequeña mancha que apareció en su dedo, al principio ella pensó que se trataba de un paño y no le prestó mucha atención, luego apareció en su antebrazo una mancha grande, lo que despertó el temor por lo que fue donde un dermatólogo que le explicó que ella padecía de esta enfermedad.
El golpe fue tan fuerte para esta chavala que dejó de salir de su casa, tenía miedo de "mancharse por completo". Evitaba el sol a toda costa e incluso dejó de ir a clases. Sin saberlo Yunnieth estaba cayendo en una depresión profunda que puso en peligro su vida.
A pesar de los medicamentos suministrados y el cambio radical en su estilo de vida, los cambios en su pigmentación no cedieron e irónicamente aparecieron de forma acelerada.
Todo esto pasó cuando ella estaba a punto de cumplir 15 años de edad y estaba en 4to año de secundaria, una etapa muy compleja en la que los jóvenes están en pleno desarrollo de su identidad y toparse con una situación como esta transformó su forma de ver el mundo.
"¿Qué podía hacer?" Ella se preguntaba, "no podía quedarme encerrada por siempre, así que decidí continuar con mi vida como si nada había pasado", nos relató.
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Claramente esta decisión no fue fácil, ella admite que las miradas indiscretas le incomodaban y que muchas veces personas se le acercaban y hacían comentarios sobre su padecimiento: "Hay niños que inocentemente se me acercaban y me preguntaban sobre mi piel."
Decidió terminar la secundaria e inició a estudiar la carrera de Química Farmaceútica, con la idea de poder encontrar o crear un producto que le ayudara a cambiar su apariencia.
En este período aprendió a aceptarse por completo y a tener mayor seguridad de sí misma, comenzó a ir al gimnasio y puso en práctica aquella sabia frase que dice: "Si la vida te da limones, aprendé a hacer limonada."
Una vez culminada su carrera se enfocó en su desarrollo profesional y hoy por hoy está desenvolviéndose como una exitosa profesional.
"Entendí que Dios no te dará cargas que no podás resistir y lo que en un principio fue una vergüenza, hoy se ha convertido en una Bendición, ya que el vitíligo me hace una mujer única."
Yunnieth compartió con TN8.tv una sesión fotográfica que realizó con el fotógrafo Donald Gaitán, en donde la podemos ver mostrando con orgullo su cuerpo.
¡Gracias por tu historia! Sabemos que servirá de gran ayuda para esas personas que están pasando por una situación similar.