Samsung acaba de presentar el nuevo Galaxy Note 8, el nuevo buque insignia con el que los coreanos buscan seguir en lo más alto de la industria de los dispositivos móviles.
Tal y como ha venido haciendo en anteriores generaciones, el nuevo Note toma prestadas las líneas de diseño de la familia Galaxy y les añade complementos distintivos como el S-Pen. El dispositivo no varía demasiado en tamaño con el mayor de los Galaxy S8, pero sí que añade también algunas mejoras como la doble cámara que permite un zoom de 2X.
Como era de esperar, esta idea se ha plasmado también en el Note 8, que luce su pantalla más grande hasta la fecha, con una diagonal de 6,3 pulgadas. Sin embargo, el esfuerzo por la parte de diseño a la hora de reducir marcos, hace que no crezca demasiado, sobre todo en anchura.
Sobre el papel, la cámara del Note 8 promete. Monta dos sensores idénticos de 12 megapíxeles, pero la diferencia está en las lentes y el sistema de enfoque. Uno de ellos cuenta con apertura f/2.4 y enfoque automático convencional, mientras que el otro integra el sistema Dual Pixel y su lente es más luminosa, con una apertura f/1.7. Además, los dos sensores llevan estabilizador óptico (OIS), un elemento clave a la hora de hacer fotos con poca luz y grabar vídeos más estables.
Hablando de software, las funciones del S-Pen son sin duda el punto diferencial de la línea Note, y el nuevo modelo no es la excepción. El lápiz táctil sigue siendo una herramienta clave a la hora de seleccionar textos, recortar imágenes, dibujar o tomar notas a mano alzada.
De momento los únicos colores disponibles son negro y dorado, para el azul habrá que esperar más.