Besançon, Francia | AFP | El chileno Nicolás Zepeda, acusado de haber matado a su exnovia japonesa desaparecida en la ciudad francesa de Besançon (este) en 2016, negó los cargos ante una juez, declaró este miércoles el fiscal de esa ciudad.
Zepeda, de 29 años, inculpado de asesinato y en prisión preventiva desde que fue extraditado por Santiago, fue interrogado sobre el fondo del caso por una juez de instrucción.
"Respondió a todas las preguntas que se le formularon, y dio su versión de los hechos", declaró el fiscal, Etienne Manteaux, ante la prensa, tras la audiencia.
"Todos podrán juzgar la credibilidad de sus explicaciones", añadió.
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Cuando fue interrogado por la jueza Marjolaine Poinsard el 25 de julio, a su llegada a Francia, Nicolás Zepeda clamó su inocencia.
Este miércoles se mostró "sereno" y negó "categóricamente estar implicado de ninguna manera en la muerte" de la joven, indicó el procurador.
"Es un hombre que tuvo tiempo para preparar sus respuestas", comentó.
Son las mismas preguntas "que se le formularon en abril de 2019 en Chile", añadió.
La familia de la víctima, la japonesa Narumi Kurosaki, espera que Zepeda diga dónde está el cuerpo de su hija.
El fiscal había declarado previamente que las pruebas contra Zepeda son "contundentes".
El joven chileno será interrogado de nuevo por la magistrada, que además recibirá los exámenes psiquiátrico y psicológico del acusado.
A finales de año la jueza podría decretar el fin de la instrucción, y el caso podría ser juzgado de aquí a finales de 2021, explicó el fiscal.
Zepeda es el único sospechoso de la desaparición de Kurosaki, cuyo rastro se perdió el 6 de diciembre de 2016 en una residencia universitaria en Besançon cuando la joven tenía 21 años.
Aunque su cuerpo no ha sido hallado, los investigadores dan por hecho que la joven está probablemente muerta.
El femicidio
De acuerdo con los investigadores, Zepeda, miembro de una familia chilena acaudalada, viajó a Francia especialmente para cometer el crimen después de enterarse de que Kurosaki, a quien conoció durante un viaje a Japón en 2014, tenía una nueva relación sentimental.
Según la investigación, los días previos compró material inflamable, siguió a la víctima y la noche del supuesto crimen la invitó a comer y luego se fue con ella hasta la vivienda estudiantil, donde la habría estrangulado.
Posteriormente, habría metido su cuerpo en una maleta para esconderlo en un bosque cercano.
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Los estudiantes de la residencia contaron a los investigadores que escucharon "gritos de terror" en la noche de la desaparición de Kurosaki, pero nadie llamó a la policía.
Si bien en Chile el caso no despertó mayor interés, en Francia y en Japón ha sido muy seguido.
