Familia de Nancy Reyes buscan como repatriar el cuerpo a Guatemala

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El femicidio número 34 registrado en España en lo que va del año y el primero reportado en la comunidad autónoma de Cantabria es el de la guatemalteca Nancy Paola Reyes García, de 29 años, cuyo cuerpo fue encontrado el jueves 17 de septiembre en un terreno baldío en Santander, capital de Cantabria.

La muerte de Nancy Paola ha tenido relevancia en la comunidad de Cantabria no solo porque los niveles de violencia en el lugar son bajos y los femicidios son poco comunes, en 2018 no se reportó ningún caso y en 2019 hubo uno; sino por la crudeza con la que se ejecutó su muerte, presuntamente a manos de su pareja.

Carlos Andrés, de 28 años y de origen colombiano está detenido desde hace casi un mes y según las autoridades, insistía en que su novia se había ido por cuenta propia.

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La Policía de Ciudad Real es quien lleva la investigación desde que se reportó la desaparición de la connacional el 26 de agosto y este 21 de septiembre anunciaron a la familia que las pruebas forenses realizadas en el Instituto Anatómico Forense de Madrid confirman que los restos hallados se tratan de los de Nancy Paola.

La institución forense aún debe presentar los resultados de los análisis criminalísticos para establecer cómo murió y qué arma utilizaron, aunque la policía maneja su propia hipótesis.

Mientras tanto, la familia en Guatemala busca repatriar el cuerpo para darle el último adiós en la casa de sus padres. “Ellos (sus padres) no encuentran consuelo”, dijo una familiar cercano quien expresó que el sufrimiento es inexplicable, aunque poder velarla en su tierra natal podría brindarles un poco de consuelo.

Nancy Paola era la segunda hija de cinco que tuvo el matrimonio conformado por Aroldo Jorge y Prudencia Emérita, quienes viven de la siembra de maíz y frijol en la aldea Granados, en Nuevo San Carlos, Retalhuleu.

La hija mayor migró a Estados Unidos hace varios años, dos se fueron a España siguiendo los caminos de su hermana y el más pequeño, de 16 años, aún vive en Retalhuleu.

“Ella era muy valiente, cuando me dijo que se iba a España me contó que ella pagaría su viaje y que conseguiría trabajo, todo iba bien hasta que conoció a ese hombre”, contó Prudencia.

Ahora es la embajada de Guatemala en Madrid quien tiene comunicación con uno de los hermanos que reside en el lugar para poder realizar los procesos administrativos y así lograr repatriar el cuerpo.

La cónsul Karla Acuña, explicó que se necesita inscribir la defunción de la guatemalteca para iniciar con la repatriación, aunque no detalló cuánto se podría tardar tomando en cuenta que España está pasando por la segunda ola de contagios de covid-19 que podría obligarlos a suspender los vuelos hacia el exterior.

Pero una de las preocupaciones de la familia gira alrededor de cómo costear la repatriación del cuerpo de Nancy Paola.

Manuel Castellanos, guatemalteco radicado en Barcelona y quien ha apoyado a Dénilson Reyes (hermano de la víctima) menciona que están buscando el apoyo de la red de migrantes en California, Estados Unidos y en España para ayudar a pagar los costos que podrían superar los tres mil euros.

La investigación

El caso de Nancy Paola fue manejado desde un inicio como el de una desaparición. La primera denuncia fue presentada en Ciudad Real por la madre del novio, el mismo día en que Carlos Andrés informó al hermano que no sabía nada de ella desde hace ocho días.

Al día siguiente, la policía tenía identificado el lugar del crimen al visitar el apartamento que había alquilado la pareja en Santander y encontrar rastros de sangre en el lugar.

Hasta el momento, la policía maneja la hipótesis que antes de descuartizarla, el novio de Nancy Paola habría utilizado un arma blanca o un objeto contundente para quitarle la vida.

En entrevistas hechas a vecinos y recuperadas por el diario local El Montañés, recuerdan haber visto rondar por el lugar y en muletas al sospechoso, nadie recuerda haber visto antes a Nancy Paola.

“Vinieron los agentes y me preguntaron si les conocía, que era muy importante que recordara cuándo había sido el último día que les había visto y si había escuchado ruidos y golpes en ese piso -apartamento-“, contó  una de las vecinas del edificio.

Pensábamos que era por un asunto de drogas, pero esto no lo podíamos imaginar”, contó otra persona que fue entrevistada por la policía.

La Policía de Ciudad Real sigue recabando todas las pruebas necesarias, detallan que haber ubicado los restos entre los matorrales es fundamental para que el caso concluya con una condena por asesinato.