Hang Zhang, un estudiante de origen chino de 25 años, fue detenido el pasado viernes en el palacio de Buckingham mientras intentaba entrar en el edificio con un cuchillo oculto en el zapato con el que pretendía asesinar a la reina Isabel II, quien en ese momento ni siquiera se encontraba en la residencia, tal y como informa el periódico Daily Mail.
Además de confesar sus intenciones, Zhang aseguró a los miembros de la policía que lo detuvieron que estaba siendo perseguido por varios agentes del gobierno chino.
El joven, que estudiaba en la universidad de Sheffield situada en South York (norte de Londres), ha sido declarado mentalmente inestable, por lo que finalmente el cargo por amenazar de muerte a la reina que pesaba contra él ha sido retirado. No obstante, Zhang tuvo que presentarse este lunes ante la justicia para ser procesado por un delito de posesión de armas.
Esta es la cuarta alerta de seguridad en Buckingham desde el pasado mes de mayo. La más reciente tuvo lugar la semana pasada, cuando un hombre en estado de ebriedad consiguió entrar en el perímetro exterior de la residencia oficial de la soberana en Londres después de saltar una valla de seguridad equipada con sensores de movimiento. Tras pasar 14 minutos deambulando por los jardines de la propiedad, fue detenido por los agentes de seguridad.
A principios de junio, un hombre llamado John Bolton fue arrestado bajo el Arco de Wellington situado al sur de Hyde Park, después de que la policía encontrase tres navajas en su coche, estacionado a 100 metros del palacio, con las que según él pretendía proteger a la reina y al príncipe Felipe, quienes aseguraba que le habían contratado como guardaespaldas durante cinco días.
En mayo, el irlandés Denis Hennessy, también en estado de ebriedad consiguió saltar una valla de tres metros para meterse en los terrenos de la residencia real, por los que estuvo deambulando durante 10 minutos antes de preguntarle a uno de los guardias de seguridad: ¿Está la señora en casa?. Durante este incidente, tanto Isabel II como el príncipe Felipe y su hijo, el príncipe Andrés, se encontraban en el edificio, por lo que fueron evacuados hasta que se pudo controlar al intruso, que más tarde fue sentenciado a cuatro meses de cárcel.