El líder de U2, Bono, se encontraba en un restaurante ubicado a pocas cuadras del lugar donde el terrorista atropelló con un camión a una multitud que estaba viendo los fuegos artificiales por el Día de la Bastilla.
El rockero irlandés, de 53 años, estaba cenando con unos amigos en la terraza de La Petite Maison la noche del jueves, cuando cientos de personas petrificadas comenzaron a huir del Paseo de los Ingleses, donde Mohamed Lahouaiej Bouhlel mató a 84 personas e hirió a más de 200.
Anne-Laure Rubi, propietaria del lugar, dijo a la revista La Parisienne, que dio instrucciones a sus empleados para que cierren el lugar para salvaguardar la vida de sus clientes, entre los que se encontraban personalidades como Bono, el ex alcalde de Niza, Christian Estrosi, y el famoso chef Alain Ducasse.
Estuvieron ocultos durante aproximadamente media hora hasta que la policía evacuó la zona. Un testigo contó: «Bono tuvo que poner las manos detrás de su cabeza, como todos nosotros, y se le pidió que mantuviera la calma».
Esta es la segunda vez que Bono se encuentra cerca de un ataque terrorista en Francia. En noviembre pasado, la banda estaban en París preparando un concierto cuando la ola de ataques coordinados del ISIS en la sala de conciertos, cafés y restaurantes en toda la ciudad mató a 130 personas.
Los músicos se quedaron en la ciudad y visitaron el teatro Bataclán, donde fueron asesinadas 89 personas que asistían a un concierto de Eagles of Death Metal.
Bono también ha vivido otras situaciones límites. La puerta de avión privado de U2 voló durante un vuelo de Dublín a Berlín en noviembre de 2014, y ese mismo año también sufrió un grave accidente de bicicleta en el Central Park, Nueva York.