La localidad de Alcanar, en el noreste de España, hacía recuento el jueves de los daños causados por las inundaciones en viviendas y negocios luego de los intensos aguaceros que cayeron en grandes zonas del país.
Los residentes en la ciudad catalana señalaron que era una suerte que no se hubiesen registrado víctimas mortales por la caída de más de 250 litros de lluvia por metro cuadrado entre la medianoche y las 18:00 horas del miércoles.
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“Tuvimos que subir al piso de arriba y que fuera lo que Dios quería”, dijo Rosa María Sancho, de 67 años y propietaria de un restaurante en el paseo marítimo de Alcanar.
Las inundaciones repentinas convirtieron en un instante las calles en ríos de aguas rápidas que arrasaron con todo a su paso. Varios autos resultaron arrastrados por la corriente y unos doce terminaron a orillas del Mar Mediterráneo.
Negocios anegados por inundaciones
Las casas y los negocios quedaron llenos de lodo, agua y escombros.
Otras partes del norte y el centro del país, incluyendo Madrid, sufrieron inundaciones el miércoles.
Los bomberos emplearon un helicóptero para rescatar a tres personas que estaban en peligro en Alcanar y varias más fueron sacadas de sus autos atrapados en la crecida.
Las autoridades regionales de Cataluña reubicaron a 58 residentes en hoteles mientras que otras 16 personas pasaron la noche en catres en un pabellón de deportes. Cuatro personas tuvieron que ser rescatadas de un camping cercano muy afectado por las inundaciones.
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Las autoridades estaban trabajando para restablecer el tránsito en carreteras y vías del tren intransitables por el lodo y el agua.
Grandes zonas del norte y las Islas baleares seguían bajo por tormentas por segundo día consecutivo.
Por AP