Italia acumula la cantidad de más de 10.001.344 contagiados al COVID-19 desde el inicio de la pandemia hasta hoy en día, se alcanzó la cifra de 77.696 enfermos en la últimas 24 horas.
El 24 de enero se contabilizaron más de 352 fallecidos como consecuencia de este virus Sar-Cov-2 , el cual genera un resultado total de 143.875 fallecidos desde el comienzo.
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Cabe destacar que las regiones más afectadas son: Emilia Romaña, con 14.719 casos positivos; seguida por Lombardía con 8.844 contagios; mientras que Venéto reporta 6.188 positivos.
Por otro lado el porcentaje de contagiados se elevó a 15%, y el ingreso se mantuvo estable con la cantidad de 19.862 hospitalizados. Tomando en cuenta que la mayoría de la población de Italia son mayores de 12 años que tienen al menos administrada una dosis de anticovid. Solo el 28.57% de niños entre las edades de 5 a 11 años han sido inmunizados.
La contraparte de los ya vacunados en Italia
En Italia hay un mundo paralelo para los NO vacunados que son aproximadamente unos 6,000 millones , donde tienen restricciones a cualquier tipo de actividad ya sea laboral o recreativa.
Los activista ya convencidos de no necesitar la dosis se estan organizando por aparte a las nuevas restricciones que comenzarán a partir del 15 de Febrero, con la vacunación obligatoria para todos los mayores de 50 años.
El gobierno Italiano calcula que hay unos 2 millones de personas que estan buscando la manera de poder encontrar un modo de vida distinto, imcumpliendo la ley y obviando la cantidad de ciudadanos Italianos que han fallecido debido a este virus mortal.
En consecuencia los activistas buscan como difundir la desobediencia amparandose de leyes y derechos que tienen como ciudadanos; promueven las famosas «Fiestas Covid» ofreciendo un contagio seguro , surgiendo dicha idea del pensamiento «El contagio es menos peligroso que la inyección» ; creyendo que la persona una vez ya pasado el proceso de la infección queda completamente inmunizada.
De tal manera que todos buscan el beneficio del «Green Pass«, para poder continuar con una vida normal sin una vacuna.
Nota elaborada con información de El País y teleSur
