Jennifer Baker de 35 años de edad permitió que su adicción a las drogas dejara que un grupo de narcotraficantes utilizara su casa; para torturar a la gente que secuestraban y que pedían rescates millonarios por ellos en la ciudad industrial de Manchester en el Reino Unido.
La mujer quien es mamá de tres hijos participó en el último secuestro de un hombre de 30 años de edad; torturado por ocho de los miembros de una banda de narcos que lo golpearon, desnudaron y vaciaron agua hirviendo en su cuerpo.
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Por el rescate del hombre raptado pedían más de 2 millones 600 mil pesos; sin embargo, el hombre cautivo pudo escapar de su secuestradores después de que lo ataron a una silla de sus pies y sus manos y envolvieron su cuello con un suéter alrededor.
La víctima de secuestro escapó gracias a que pudo morder las ataduras con las que estaba cautivo y logró escabullirse de uno de los criminales que montaban guardia que estaba armado con un martillo; según información de Daily Mail. Tras huir de la casa, el hombre de 30 años llegó a un hospital y recibió atención por las quemaduras que tenía en su cuerpo.
La adicción de la drogas de la mamá
El hombre que logró escapar rindió su declaración y mencionó cómo la dueña de la casa no hizo nada por ayudarlo a pesar de los gritos de dolor que sufría, y permitió que lo torturaran a cambio de que le dieran drogas para saciar su adicción.
Jennifer Baker quedo arrestada por haber participado de manera indirecta en el secuestro y tortura del hombre de 30 años. Al respecto, el Fiscal del caso, Alaric Bassano relató que la víctima fue sorprendido en la calle y subido por la fuerza en un automóvil para ser llevado al hogar de Baker.
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Los delincuentes pidieron entonces al secuestrado que les entregara el dinero a cambio de su libertad, pero al asegurarles que no tenía dinero, comenzaron a golpearlo y hacerle vejaciones de los que Baker fue testigo presencial y poco le importó poner su casa para que llevaran a cabo el crimen a cambio de que le dieran drogas.
La mujer fue sentenciada a purgar solo 18 meses en la cárcel; tras admitir que ayudó a uno de los delincuentes para poner su casa donde iban a mantener secuestrado a la víctima.