Alejandro Colomar, de 29 años, intentó ingresar a un juzgado en España, donde lo citaron por exhibicionismo, como «Dios lo trajo al mundo» y causó revuelo a las afuera de la institución.
Colomar, se define como naturalista y por eso le gusta andar en las calles desnudo. Asegura que no le hace daño a nadie; pero la Policía piensa lo contrario: le han puesto ya 30 multas.
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Según Alejandro, que trabaja como informático en una empresa multinacional, acudió a la Ciudad de la Justicia de Valencia para enfrentar un juicio por practicar nudismo en lugares públicos.
Por lo tanto, las 30 multas que acumula le han costado ya 3 mil euros y sabe que vendrán más; porque sencillamente no va a dejar de andar desnudo por la calle. Es más, aseguró que se ha cansado de buscar en internet y que lo que ha comprobado es que andar desnudo por las calles no es delito.
Multado más de 30 veces por caminar desnudo en las calles de España
La única vez que se viste, dice, es cuando hace frío, y lamenta que la Policía siempre le molesta porque, al verlo pasar desnudo, le detienen. Tanto él como su abogado defienden que no es obsceno caminar desnudo en la vía pública; siempre que en ello no se produzcan actos de naturaleza sexual.
Cabe destacar que, Colomar afirmó que “la mayoría de sanciones que me ponen no suelen ser por la vía penal; sino por vulneración del artículo 37 de la conocida como Ley Mordaza, que sanciona el exhibicionismo obsceno cuando no sea delito, es decir, cuando no se produzca ante menores».
Igualmente, añadió que «por el momento, hemos ganado alguna sentencia alegando la vulneración de sus derechos fundamentales o del principio de legalidad, ya que muchas ciudades no tienen ordenanza al respecto”.
«Nosotros no creemos que sea obsceno ir por la calle desnudo. Sí masturbarse o hacer actos obscenos. Entendemos que ir desnudo es ejercer la libertad ideológica”; explicó Mora.
Finalmente, Alejandro pudo entrar a la Ciudad de la Justicia de España. Lo hizo vestido, aunque él insistió en que seguirá caminando “en pelotas” mientras el clima y su presupuesto se lo permitan. “Ya he gastado mucho dinero en abogados”, se quejó.