Nicolás Zepeda, un chileno juzgado en Francia por el asesinato de su exnovia japonesa, Narumi Kurosaki, en 2016, calificó la acusación en su contra como «horrible» al inicio de su interrogatorio después de dos semanas de proceso.
Zepeda, condenado previamente a 28 años de prisión por el asesinato premeditado, ahora se enfrenta a la cadena perpetua tras apelar la sentencia. Afirmó que estaba listo para responder a las preguntas y negó haber matado a Kurosaki, cuyo cadáver nunca fue encontrado.
Durante su testimonio en el palacio de justicia de Vesoul, Zepeda, de 33 años, describió los celos en la relación y relató los últimos meses antes de que Kurosaki se mudara a estudiar en Francia. A pesar de haber apoyado inicialmente la decisión de su exnovia; finalmente concluyó que debían romper.
El interrogatorio se anticipa extenso, y el fiscal Étienne Manteaux expresó el deseo de cuestionar al acusado. Sin embargo, el proceso se retrasó varias veces, y Zepeda denunció una agresión en prisión; lo que llevó a la suspensión del juicio hasta este lunes.
Nicolás Zepeda, en el ojo del huracán
A pesar de la expectación en la pequeña ciudad de Vesoul, los abogados de la defensa solicitaron en vano un aplazamiento, argumentando un error de procedimiento durante la declaración del investigador Christophe Touris.
Según la defensa, los investigadores agregaron actos de investigación en cada audiencia, lo cual consideran ilegal.
El veredicto se espera el jueves, y en caso de una nueva condena, la defensa podría apelar ante la Corte de Casación, argumentando la falta de respeto al procedimiento judicial. La historia destaca por su complejidad y la atención del público; que ha abarrotado la sala de audiencias en estos últimos días de otoño boreal.