Desde los embalses secos y quebrados de España, hasta los niveles preocupantemente bajos de las aguas de ríos grandes como el Danubio, el Rin, y el Po; una sequía sin precedentes golpea fuertemente la mitad de Europa. Este fenómeno está causando estragos en varios sectores económicos; los agrícolas, obliga a restringir el uso del agua, provoca incendios forestales y amenaza las especies acuáticas.
No hay lluvias importantes en casi dos meses en el oeste, el centro y el sur de Europa. En Gran Bretaña, donde llueve a menudo, el gobierno declaró una sequía en el sur y el centro de Inglaterra el viernes, en medio de uno de los veranos más calurosos y secos de la historia.
Se espera que el período seco continúe y genere la peor sequía en 500 años, según los expertos.
El cambio climático está exacerbando la situación pues las altas temperaturas aceleran la evaporación, las plantas necesitan más humedad y reducidas nevadas en el invierno limitan la cantidad de agua fresca para la irrigación en el verano.
Mientras caminaba por el lecho seco del Lux, de 15 metros de ancho, Jean-Philippe Couasné, de la Federación de Pesca y Protección del Ambiente Acuático, enumeró las especies de peces que fallecieron en el Tille.
“Es algo horrible”, comentó. “Normalmente fluían unos 8 mil 000 litros (2.100 galones) de agua por segundo. Ahora, cero litros”.
Río arriba, algunas truchas y otras especies de agua fresca se refugian en remansos con la ayuda de escalas para peces. Pero esos sistemas no están disponibles en todos lados.
Una situación alarmante
“Es algo dramático. No podemos hacer nada”, expresó. “Estamos a la espera de que llueva, pero no podemos contar con las lluvias”.
El Centro de Investigaciones Conjuntas de la Comisión Europea dijo esta semana que la situación empeorará y podría afectar al 47% del continente.
Andrea Toreti, del Observatorio Europeo de Sequías, indicó que en el 2018 hubo una sequía tan extrema que se dijo que no había habido nada parecido en 500 años, “pero creo que la de este año es peor todavía”.
La situación actual es producto de prolongados períodos de clima seco causado por cambios en los sistemas climáticos mundiales, de acuerdo con el meteorólogo Peter Hoffmann, del Instituto Potsdam para Investigaciones del Impacto Climático de Berlín.
“En el verano es cuando más lo sentimos”, manifestó. “Pero la sequía se gesta a lo largo de todo el año”.
El cambio climático redujo la diferencia de temperaturas entre las distintas regiones, debilitando las fuerzas que impulsan las corrientes de aire, que normalmente arrastran lluvias desde el Atlántico hacia el Europa, según explicó.
Corrientes de aire más débiles o inestables pueden dar paso a un aire inusualmente caliente y a prolongados períodos de intenso calor.
La sequía hizo que algunos países dispongan restricciones al uso del agua. El bajo nivel de las aguas, por otro lado, dificulta la navegación por el Rin y el Danubio.
El Rin, el río más grande de Alemania, puede alcanzar niveles críticos de agua en los próximos días, señaló Bastian Klein, del Instituto Federal de Hidrología de Alemania.
“Las industrias que usan el Rin para transportar sus productos serán afectadas”, indicó Klein.
En el Danubio, las autoridades de Serbia ya comenzaron a dragar para facilitar el desplazamiento de las embarcaciones.
En la vecina Hungría, amplios sectores del lago Velence, cerca de Budapest, se han secado.
Partes del Po, el río más largo de Italia, tienen tan poca agua que asoman barcazas y lanchas que se hundieron hace décadas.
La sequía también afecta a Inglaterra, que acaba de tener su mes de julio más seco desde 1935. En varias partes se prohibió el regado de jardines. En las haciendas los ganaderos tienen que alimentar sus animales con comida de invierno porque los pastizales están resecos.
Incluso países como España y Portugal, acostumbrados a largos períodos sin lluvias, se han visto muy afectados. En Andalucía algunos agricultores tuvieron que sacrificar cientos de árboles de aguacates para evitar que otros se pudran en vista de que el Embalse de La Viñuela, en la provincia de Málaga, está al 13% de su capacidad.
Algunos agricultores de Europa están empleando agua de la canilla; para dar de beber a su ganado en vista de que los estanques y ríos están secos. Consumen hasta 100 litros diarios por animal.
En Burgundy, región habitualmente verde donde nace el Sena, el césped está amarillo y los tractores producen grandes nubes de polvo.
Así también, Dana Beltaji, Jill Lawless (ambas desde Londres), Frank Jordans (Berlín), Barry Hatton (Lisboa), Ciarán Giles (Madrid), Dusan Stojanovic (Belgrado) y Bela Szandelszky (Budapest) colaboraron en este despacho.