Grecia está inmersa en un escándalo que involucra a dos sacerdotes católicos y cinco propietarios de clubes nocturnos, a quienes investigan por malversación de fondos y blanqueo de capitales. La investigación se inició tras una auditoría rutinaria que reveló un déficit de aproximadamente 3,2 millones de dólares en las arcas de la Iglesia católica.
Este déficit se relaciona con transferencias de grandes sumas de dinero desde cuentas eclesiásticas que gestionaron los sacerdotes hacia cuentas de los propietarios de los clubes; en lo que se alega eran inversiones encubiertas. Según los informes, el caso tiene sus raíces en 2016; cuando comenzaron las sospechas sobre la irregularidad en el manejo de los fondos.
Charalambos Vourliotis, responsable de la Autoridad de Lucha contra el Blanqueo de Capitales de Grecia, ha tomado medidas enérgicas; ordenando la congelación de las cuentas y activos de los implicados. Este escándalo no solo plantea serias preguntas sobre la gestión financiera de la Iglesia católica en el país; sino que también pone en entredicho la ética y la transparencia dentro de las instituciones religiosas por parte de los sacerdotes.
La situación ha generado un amplio debate en la sociedad griega sobre el uso de fondos de entidades religiosas y la necesidad de una mayor supervisión en sus actividades financieras. La Fiscalía informó sobre los hallazgos, y se espera que las investigaciones avancen para esclarecer el alcance de estas irregularidades y determinar las responsabilidades penales de los implicados.
Dos sacerdotes acusados por corrupción
Este caso subraya la creciente preocupación por la corrupción y el manejo de recursos en Grecia, un país que ha enfrentado diversas crisis financieras en años recientes, y refleja la importancia de la rendición de cuentas en todas las instituciones; incluyendo las religiosas.