Un crimen escalofriante provocó conmoción en Soto de Ribera, España. Todo ocurrió Cuando un hombre de 46 años mató a su padre, le cortó la cabeza y jugó al fútbol con ella antes de atacar a hachazos a un grupo de conductores.
Según información de los medios locales de España, el asesino al principio atacó a su padre con un cuchillo y como no pudo matarlo; lo decapitó de un hachazo. El hecho espeluznante ocurrió en la casa del hombre, más precisamente en la aldea El Picón.
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La víctima fatal, que fue identificada como “MM”, logró escapar luego de las primeras puñaladas; pero cuando le pidió ayuda a un matrimonio vecino, estos se negaron a abrirle la puerta por desconocimiento y miedo.
Lo más aterrador del crimen fue que minutos después de cortarle la cabeza a su padre, el asesino la cargó en brazos y empezó a entonar incesantemente el himno franquista. Luego caminó unos cien metros hasta una rotonda donde empezó a patearla como si estuviera jugando al fútbol y amenazó a los conductores que se le acercaban con arrojársela y los atacaba a hachazos.
Cuerpo hallado en el suelo
El cuerpo de MM fue hallado en el suelo de un camino por sus vecinos. “Nos picaron a la puerta y empezamos a escuchar lío. Vimos a alguien tirado en el suelo, pero no sabíamos quién era y llamamos a la Guardia Civil”, declaró una mujer en España.
“Se puso delante de mí y me empujó la cabeza. Venía con la cabeza en la mano y además riéndose. Cuando pasé, me volví y le vi jugando como al balón con la cabeza. Debió tirarsele encima a más gente. Algún coche pasó luego con la luna reventada”, dijo Arancha Lombas, una testigo en España.
Otro conductor contó que el asesino “se le lanzó literalmente sobre el coche”. El cuarto declaró que el hombre “iba cantando ‘Cara al Sol’ a grito pelado” y que cuando lo vio “pegó un acelerón para tirarlo a la calzada”.
Finalmente, el hombre fue detenido por agentes de la Guardia Civil de Oviedo y fue ingresado en un hospital psiquiátrico.
Era una muy buena persona en España
Los conocidos de MM lo describieron como “una muy buena persona”. El alcalde del pueblo dijo que era un hombre «majísimo” y que, llamativamente, hace pocos días estuvo hablando con él. Se cree que MM tenía otros dos hijos y que vivía hacía aproximadamente 50 años en el pueblo.
Por su parte, el asesino, quien era su hijo, fue descrito como un hombre “raro” que a veces saludaba y otras no; pero también como un «muy buen chaval» al que «algo debía darle en la cabeza». A su vez, otros testigos agregaron que nunca habían escuchado discusiones entre padre e hijo.
El asesino trabajaba por temporadas en una empresa láctea de la zona y su padre era jubilado luego de ejercer como celador en hospitales.