En un paso histórico, el Parlamento griego (Grecia) ha iniciado el debate sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, impulsado por el Gobierno conservador.
Este proyecto que ha generado tensiones y oposición, representa un cambio significativo en un país donde prevalece el modelo de familia tradicional y la Iglesia Ortodoxa desempeña un papel influyente.
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Desde el principio, la Iglesia Ortodoxa manifestó su total oposición al proyecto, defendiendo la idea de la familia tradicional. A pesar de la resistencia de una parte significativa de los diputados, la iglesia y casi la mitad de la población, la ley que legalizará el matrimonio LGBT+ podría salir adelante.
Grecia, de aprobarse este proyecto, se convertiría en el 37º país en el mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo; el 17º en la Unión Europea y el primero de religión cristiana ortodoxa en dar este paso.
Grecia legalizará el matrimonio LGBT+ y adopción homoparental
La ley busca, entre otras cosas, regularizar la situación precaria de los hijos de progenitores homosexuales; otorgando plenos derechos parentales a estas familias.
Uno de los aspectos más destacados del debate ha sido la cuestión de la homoparentalidad. El cambio legal busca reconocer la filiación de los hijos de las familias LGTBI existentes; previa adopción de los hijos comunes por parte del progenitor no biológico, y concederles el derecho a la adopción.
Sin embargo, el proyecto no autoriza la gestación subrogada a parejas homosexuales, lo que ha generado ciertas críticas y lamentos por parte de algunos sectores.
El proceso refleja la tensión entre la modernización de las leyes y la persistente influencia de valores tradicionales en la sociedad griega. A medida que el debate avanza, el país se enfrenta a una encrucijada que podría marcar un hito en la lucha por la igualdad de derechos y la aceptación de la diversidad en Grecia.