Los bombardeos aéreos y de artillería de la ocupación israelí se intensificaron durante la noche del lunes y la mañana del martes en las ciudades de Rafah y Gaza, matando e hiriendo a decenas de civiles palestinos.
Según fuentes médicas, el número total de fallecidos ha alcanzado los 36.096 desde el 7 de octubre, y hay 81.136 heridos.
El Ministerio de Salud palestino informó que aún hay varias víctimas bajo los escombros y en las carreteras, donde los equipos de ambulancia y Defensa Civil no pueden llegar.
Los bombardeos fueron especialmente intensos en Rafah, donde murieron al menos 16 personas; incluidas algunas en tiendas de campaña para desplazados cerca de los centros de refugio de la UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos).
Genocidio en Gaza alcanza los 36.000 palestinos asesinados
En la zona de Al Hashash, al menos siete personas perdieron la vida, y otras siete murieron en ataques contra el campamento de desplazados en Al Baraksat, en el noroeste de Rafah; cerca de los refugios de la UNRWA.
Ante la intensificación de los ataques, numerosas familias comenzaron a huir al amanecer hacia zonas costeras occidentales de la ciudad de Khan Yunis y el centro de la Franja de Gaza, especialmente hacia Deir al-Balá.
Los vehículos militares israelíes avanzaron cerca de la rotonda de Zoroub, disparando contra el edificio del Hospital Indonesio en Rafah con proyectiles de artillería. También realizaron excavaciones en el cementerio de Zo’rob en Rafah, continuando su avance con intensos disparos y bombardeos.
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que algunos ataques ocurrieron cerca de su centro de estabilización en Rafah; impidiendo que el personal médico entrara o saliera del recinto. Martina Marchiò, coordinadora médica de MSF en Gaza, exigió un alto el fuego inmediato para permitir la atención a los pacientes.