Una gran fuerza policial se desplegó para desarticular un campamento con más de 100 consumidores de crack en el noreste de París, según detallaron las autoridades.
Según detallaron las autoridades, los adictos son desalojados de varios puntos de los barrios populares del noreste de París por las quejas de los vecinos; sin lograr una solución duradera.
Unos mil policías y gendarmes lanzaron poco antes de las 07H00 (05H00 GMT) de la mañana el desalojo del último campamento; según el ministerio del Interior de París, operación que estaba casi finalizada hacia el mediodía.
De manera que un gran número de policías rodear la plaza Forceval, desde las 07H00, en presencia del nuevo jefe de la prefectura de policía de París, Laurent Nuñez.
consumidores de crack desalojados en París
A media mañana, tiendas de campaña, muebles y otros objetivos habían sido retirados en su mayor parte. Y los servicios de limpieza habían llegado al lugar, donde merodeaban todavía algunos drogodependientes.
De la misma manera, el ministerio del Interior explicó que el objetivo es además evitar que estos se instalen en otro punto; pero la asociación Médicos del Mundo alertó de los eventuales riesgos.
«Hay una dispersión de los usuarios y en algunos meses los veremos en las entradas de los edificios»; aseguró Marie Debrus, de esta oenegé, denunciando «una crisis humanitaria orquestada por los poderes públicos».
Selon une source policière, plusieurs bus ont déjà évacués des usagers. Les opérations nettoyages se terminent. Les dernières tentes qui longent la rue sont enlevées.
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Así mismo, el ministerio del Interior aseguró que la policía arrestará y trasladará a las personas buscadas. Y además mencionó que en el caso de extranjeros en situación irregular, los trasladarán a los centros de retención de cara a su expulsión.
Igualmente, añadió que «Los otros ocupantes serán orientados a dispositivos de alojamiento con un acompañamiento médico-social o a unidades de cuidados».
Según las asociaciones, entre 300 y 400 personas de día y unas 150 de noche frecuentaban esta plaza, donde los traficantes vendían la «droga del pobre» a unos 10 euros (9,90 dólares) la dosis.
«Desde hace un año pedimos la evacuación; pero también la atención de los toxicómanos»; aseguró Melinda Bernardo, del colectivo 93 Anti-Crack, quien se dijo «escéptica» sobre el seguimiento médico que solicitan.
