Sigue en el «ojo del huracán» la iglesia católica después de que se filtrara la investigación al obispo inglés Robert Byrne, acusado de abusar de un sacerdote y de, al menos, permitir fiestas homosexuales con draq queens en su Catedral en Reino Unido.
En pleno confinamiento en el Reino Unido por la pandemia por el Covid-19, se filtró información de la realización de una supuesta fiesta sexual desenfrenada celebrada por sacerdotes del templo de St. Mary.
Frente a esto, el Papa Francisco ha tomado la determinación de investigar el asunto donde, además, se dio a conocer que Robert Byrne, el obispo de la ciudad en que supuestamente sucedieron los hechos, habría dimitido en su puesto.
Fiesta sexual desenfrenada en una catedral de Reino Unido
A la renuncia del monseñor Byrne, se suma la revelación del suicidio del sacerdote Michael McCoy en 2021; luego de ser visitado por la policía en razón de una denuncia por abuso sexual de menores en su contra.
Este último es señalado como el organizador de la «fiesta» investigada por el Vaticano y que, anteriormente, habría realizado múltiples invitaciones a fiestas privadas en su residencia ubicada al interior de la catedral de Newcastle.
Según informan, no existen indicios de que el ex obispo haya asistido a estos eventos; sin embargo, al momento de su renuncia, manifestó que «se había vuelto una carga demasiado grande».
«Me siento incapaz de seguir sirviendo a la gente de la diócesis como me hubiera gustado», señaló.
El máximo Pontífice de la Iglesia Católica encomendó al Arzobispo de Liverpool, Malcolm McMahon, a realizar «un informe detallado sobre los acontecimientos que han llevado al obispo Byrne a renunciar a los 67 años y solo tres después de su nombramiento».
Por otro lado, el organismo independiente, Catholic Safeguarding Standars Agency (CSSA), el cual busca combatir y prevenir los abusos sexuales de la iglesia; ha comenzado una investigación oficial (aceptada por el Papa Francisco) sobre esta «sex party» ocurrida, presuntamente, en tiempos de pandemia.
