Un australiano mató a un ladrón y mantuvo el cadáver en su casa durante 15 años; para ocultar el hedor utilizó más de 70 ambientadores, informó este jueves 20 de mayo la radiotelevisión pública australiana ABC.
Según la investigación forense, Bruce Roberts, un residente de Sídney, disparó a Shane Snellman cuando este intentaba robarle en 2002 y mantuvo el cuerpo en su casa, destaca ABC.
Roberts murió en 2017 por causas naturales, pero los restos de Snellman no fueron descubiertos hasta un año más tarde, en medio de un montón de basura, por agentes encargados de limpiar la casa.
El cadáver de Snellman estaba rodeado de más de 70 ambientadores usados para ocultar el hedor y tenía 15 fragmentos metálicos en el pecho y abdomen.
Según el examen toxicológico, el hombre había ingerido anfetaminas, buprenorfina y metanfetamina antes de su muerte.
Roberts es descrito como un acumulador compulsivo extremo que raramente salía de su casa, donde se descubrieron más de una docena de armas de fuego.
Nació en 1956, en una familia adinerada que era dueña de la casa de Greenwich, pero tenía una mala relación con su hermana.
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Lo describen como una persona extraña
Su primo, a quien Roberts era cercano, lo describió como “un poco extraño, un solitario, socialmente torpe”. Cuando los vecinos no lo vieron durante algunas semanas, llamaron a la Policía que forzó la entrada de su domicilio.
En medio de los escombros en el interior, la Policía encontró el cuerpo del señor Roberts, de 60 años, encima de un calentador de barra activo, con un daño significativo en el cuerpo debido al artefacto que aún estaba encendido.
Antecedentes tras ocultar cadáver
Snellman cumplió sentencias de prisión por delitos contra la propiedad y robo. Antes de su asesinato pasó un año en prisión entre 2001 y junio de 2002 por venta ilegal de drogas.
La casa Greenwich, en Greendale Street, se vendió por dos millones en 2018, y desde entonces ha sido demolida dejando la parcela de 600 metros cuadrados aún vacía.
Con información de La República