El británico George Leather, de 60 años, se declaró este viernes culpable de matar a su esposa, Paula, y fue sentenciado a cadena perpetua con un plazo mínimo de 18 años para poder solicitar la libertad condicional.
Los hechos tuvieron lugar el 16 de noviembre en la casa de la pareja en Prescot, cerca de Liverpool. Durante una discusión porque el hombre acusaba a su esposa, de 56 años, de serle "infiel", el agresor la golpeó y la tiró al suelo. "Dijo que fue a la cocina y agarró un cuchillo y comenzó a apuñalarla hasta que el cuchillo se rompió; hizo lo mismo con un segundo cuchillo y un tercero", cita Liverpool Echo al fiscal, Gordon Cole, indicando que en total George utilizó cuatro cuchillos.
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Según determinaron posteriormente los peritos, George apuñaló a Paula cerca de 300 veces. De estas lesiones, alrededor de 100 se las infligió en la cara y la cabeza. "El acusado dijo que cuando terminó de agredir a su esposa estaba cubierto de sangre; se duchó, puso la ropa ensangrentada en el cesto de la ropa sucia y luego telefoneó a su hermano", recogió Cole.
Como resultado del crimen, George "destrozó la cara" de la víctima, indicó el juez, Andrew Menary, que calificó el asesinato como "un episodio de salvajismo indescriptible y bárbaro".
"Las lesiones infligidas fueron tan graves y tan extensas que, si bien el acusado indicó que había matado a su esposa, el proceso de identificación formal solo pudo ser confirmado por la presencia de un tatuaje que tenía Paula Leather y también por un reloj que ella usaba", señaló Cole.