Capturan en Barcelona a uno de los capos más peligroso de la mafia calabresa

Barcelona (España), 12 mar (EFE).- La Guardia Civil española detuvo en Barcelona (noreste) a un supuesto miembro de la mafia calabresa, la 'Ndrangheta', reclamado por las autoridades italianas, que le consideran uno de los huidos más importantes y peligrosos de la organización criminal.

Según informó este viernes ese cuerpo de seguridad, el detenido es G.R., de 34 años de edad y nacionalidad italiana, y está considerado en su país como uno de los capos más importantes de la mafia calabresa, que se caracteriza por su especial peligrosidad y su presencia en los cinco continentes.

La Guardia Civil conoció, a través de la oficina contra los estupefacientes francesa, de que este prófugo, buscado por las autoridades italianas por delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización mafiosa, que podría esconderse en la región de Cataluña.

 

Fugitivo de máxima peligrosidad 

Los agentes se pusieron en contacto con la policía de Reggio Calabria y del servicio central operativo de la Polizia di Stato, que advirtieron de que el sospechoso, que llevaba varios años en paradero desconocido, era considerado como uno de los "fugitivos de máxima peligrosidad" vinculado a la 'Ndrangheta'.

La Guardia Civil localizó a un familiar íntimamente ligado a G.R., y tras una intensa vigilancia, localizaron el domicilio en el que residía el supuesto mafioso y fue identificado y detenido cuando salía de el.

El arrestado, conocido con varios apodos, entre ellos "u nanu", es hijo de A.R., de 74 años, alias "centocapelli", actualmente arrestado en Parma, y sobre él pesaban dos órdenes de prisión preventiva y se le investigaba tras un golpe a la mafia calabresa del que consiguió escapar.

En noviembre de 2020 fue condenado a veinte años de cárcel en Italia por ejercer un destacado papel en el tráfico de drogas y blanqueo de capitales en su país.

Según la Guardia Civil, G.R. había establecido su domicilio en Alemania, si bien se desplazaba entre Calabria, Lombardía y el noroeste de Europa para cerrar acuerdos con proveedores de drogas y otros intermediarios en Bélgica, Holanda y Alemania, que organizaban transportes de unos 40 kilos de cocaína semanales desde Holanda a Milán contando con el apoyo de asociados calabreses.