Belgrado/Zagreb, 4 feb (EFE).- Las repúblicas exyugoslavas de Serbia, Bosnia y Croacia viven actualmente su propio "MeToo", es decir, una ola de denuncias por supuestos abusos sexuales a mujeres después de que una actriz serbia acusara públicamente al conocido profesor y director de cine Miroslav Aleksic de haberla violado de forma reiterada cuando era su alumna.
Este caso dio paso en apenas 15 días a otros miles de testimonios sobre la violencia sexual en toda la región, impulsando iniciativas locales y regionales para prevenir este tipo de abusos en el futuro.
La denuncia de Milena Radulovic, de 26 años, en un diario serbio el pasado 16 de enero alentó a otras veinte jóvenes a sumarse a la denuncia judicial contra Aleksic, de 68 años y propietario desde 2004 de una prestigiosa escuela de actuación en Belgrado, cerrada tras el estallido del escándalo.
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El director serbio, que niega las acusaciones, fue detenido poco después, acusado de violación y abuso sexual contra al menos seis de sus alumnas entre los años 2008 y 2020.
"Fue un manipulador que construía sus relaciones con las alumnas desde la posición de padre, desde una autoridad incuestionable", relató Radulovic, quien decidió contar públicamente su historia para "impedir que más niñas pasen por una situación de temor, vergüenza, humillación y culpa" como la suya.
Condenas a la víctima
Sin embargo, los relatos de las actrices fueron recibidos por la opinión pública también con cierto escepticismo, expresado en comentarios negativos y despectivos en las redes sociales.
La psicóloga de la ONG "Centro Femenino Autonómico", Tanja Ignjatovic, explicó a Efe en Belgrado que la sociedad serbia es "patriarcal y conservadora", por lo que los comentarios negativos "muestran que no se entiende ni el fenómeno ni a la víctima".
"Como sociedad no hemos estado preparados para aceptar que esta es la experiencia de muchas (chicas), en instituciones en las que hay niños y jóvenes", apuntó Ignjatovic.
Miles de testimonio en Bosnia
El caso de Radulovic -que ha actuado en películas serbias pero también extranjeras- no solo se ha limitado a Serbia sino que ha inspirado a cuatro actrices de Sarajevo, en la vecina Bosnia-Herzegovina, a formar un grupo en Facebook y una página en internet dedicados a las víctimas de la violencia sexual.
Una de las fundadoras, Asja Krmanovic, explicó a Efe que bautizaron su página como "¡No lo pedí!", en respuesta a los "comentarios misóginos" y las acusaciones de victimización que se extendieron por las redes sociales de la región, con comentarios como que "ella misma lo había pedido".
Mujeres abusadas sexualmente por sus padres, jefes o vecinos comparten en esos grupos sus testimonios, muchos sobrecogedores no solo por los actos descritos, sino también por la falta de reacción de las instituciones públicas, el entorno hostil y las consecuencias psicológicas que las víctimas están sufriendo y probablemente sufrirán de por vida.
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"En solo diez días recibimos alrededor de 4.000 testimonios de personas que pasaron por diversas formas de abuso y maltrato sexual", explicó Krsmanovic.
"Este movimiento regional 'MeToo' es un acontecimiento social muy importante, que puede aportar toda una serie de consecuencias positivas, desde la sensibilización del público, hasta los cambios legislativos necesarios", explicó a Efe Kristina Mihaljevic, de la ONG "Habitación femenina", dedicada a los derechos de las mujeres en Croacia, un país que a diferencia de Serbia y Bosnia Herzegovina forma parte de la Unión Europea (UE) desde 2013.
En este sentido, hay iniciativas para cambiar el código penal croata y ampliar el plazo de presentación de denuncia por parte de la víctima, que es de solo 90 días, así como poder presentar la acusación de oficio.