Original como pocos lugares en el mundo, el Mont-Saint-Michel es una de las mayores atracciones turísticas de Francia debido a las grandes mareas que convierten a la zona en una isla
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El recinto está situado en el estuario del río Couesnon, y en medio de una bahía periódicamente invadida por el mar por lo que en función de la hora del día podemos estar en una isla, o en un peñón conectado con el continente a través de un vasto terreno de arenas movedizas.
El lugar llegó a servir como prisión durante la Revolución francesa, y se conservó milagrosamente intacto tras la ocupación alemana y posterior liberación aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Es una pequeña isla rocosa situada en la región de Normandía, en el noroeste de Francia. Debe su nombre a la abadía consagrada al culto del arcángel San Miguel y cuyo nombre en latín durante la Edad Media era Mons Sancti Michaeli in Periculo Mari.
Arquitectura prodigiosa
Esta isla es igualmente el centro natural, a falta de ser el centro geográfico, del pueblo de Monte Saint-Michel, perteneciente al cantón de Pontorson, en el departamento francés de Mancha.
La arquitectura prodigiosa del monte Saint-Michel y su bahía lo hacen el sitio turístico más concurrido de Normandía y uno de los primeros de Francia, con unos 3,2 millones de visitantes cada año.
Declarado monumento histórico en 1862, el monte Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del patrimonio de la humanidad de la Unesco, en cuya declaración están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro.