Finlandia ha iniciado este lunes una nueva fase de su desescalada progresiva con la reapertura con ciertas limitaciones de bares, restaurantes y locales públicos, cerrados desde hace más de dos meses para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus.
Las cafeterías, bares y restaurantes, que hasta ahora podían servir comidas y bebidas sólo para llevar o a domicilio, pueden reabrir sus puertas al público, aunque con restricciones de aforo y horarios.
Todos los locales de restauración podrán llenar como mucho la mitad de su aforo, no podrán servir los populares bufés y deberán dejar de dispensar bebidas alcohólicas a las 22:00 horas, una hora antes del horario máximo de cierre.
Las autoridades del país nórdico autorizaron también la reapertura de manera controlada de locales culturales y recreativos como museos, bibliotecas, cines, teatros, piscinas municipales y centros juveniles.
Lee también: Portugal le dice adiós al confinamiento y empieza la nueva normalidad
No obstante, los eventos culturales y deportivos podrán tener un máximo de 50 asistentes o de 500 en el caso de eventos especiales, como algunos conciertos y competiciones deportivas, aunque estos estarán sujetos a ciertas reglas de distanciamiento e higiene para minimizar los posibles contagios.
Los eventos públicos con más de 500 asistentes están prohibidos hasta el 31 de julio, lo que ha obligado a los organizadores a suspender numerosos macroconciertos y festivales veraniegos en todo el país.
A partir de ahora los finlandeses podrán viajar libremente por todo el territorio nacional, siempre que se observen las pautas de salud y seguridad relacionadas con el coronavirus, aunque las autoridades siguen recomendando que no se viaje al extranjero por placer.
Del mismo modo sólo se permite la entrada a extranjeros en el país por motivos laborales o si son residentes, y se recomienda a todas las personas que lleguen a Finlandia que guarden una cuarentena de 14 días.
Según las últimas cifras oficiales, Finlandia ha registrado hasta la fecha 6.885 casos confirmados y 318 muertos por COVID-19, lo que da una tasa de 5,78 fallecidos por cada 100.000 habitantes. EFE