Investigadores del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI por su sigla en neerlandés) utilizaron datos satelitales para analizar los cambios en la contaminación del aire de algunas ciudades de Europa. Así observaron que desde que los países comenzaron a establecer períodos de cuarentena por la pandemia de coronavirus, la polución mostró una reducción cercana al 50%.
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La información, publicada este jueves 16 de abril, fue recolectada por el instrumento Tropomi del satélite Sentinel-5P, perteneciente al programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA por su sigla en inglés), y sus imágenes muestran la concentración de dióxido de nitrógeno entre el 13 de marzo y el 13 de abril. De acuerdo con los meteorólogos, Madrid, Roma y Milán tuvieron descensos de cerca del 45% en sus niveles de contaminación, cifra que fue superada por la situación de París, cuya caída alcanzó el 54%.
No obstante, para confirmar la relación entre las cuarentenas y la mejora de la calidad del aire es necesario realizar observaciones durante períodos más extensos. "En todos los países hay variaciones meteorológicas considerables de un día al siguiente, lo que afecta mucho a la dispersión del dióxido de nitrógeno", explicó Henk Eskes, del KNMI.
"Promediar los datos durante largos períodos nos permite ver con mayor claridad los cambios en las concentraciones debido a la actividad humana. Por este motivo, los mapas muestran concentraciones durante un mes y presentan una incertidumbre del 15%, reflejando así la variabilidad meteorológica no incluida al calcular las medias mensuales", agregó.
Por lo tanto, durante las semanas próximas, el equipo del KNMI continuará con el análisis de la información obtenida por el satélite Sentinel sobre países del norte europeo, debido a que los cambios meteorológicos de esas zonas ofrecen una mayor variabilidad de los datos.
Una situación repetida
Este no fue el primer estudio realizado sobre la variación del dióxido de nitrógeno en Europa realizado por el KNMI. A fines del mes pasado revelaron un análisis basado en la situación de las mismas ciudades entre el 14 y el 25 de marzo, en comparación con el mismo período de 2019.
"Comenzamos a ver el impacto de los cambios debido a la actividad humana", comentó Eskes.