Las autoridades españolas han vuelto a ofrecer este martes un balance de la epidemia de coronavirus en el país. Así, hasta la fecha en España se ha registrado un total de 2.696 fallecidos y 39.673 casos positivos del nuevo virus.
Así, se han producido 514 decesos en las últimas 24 horas, mientras que los nuevos contagios son más de 6.500. En el lado contrario se sitúa la cifra de pacientes recuperados, que ya son 3.794.
La situación más grave continúa siendo la de la Comunidad de Madrid, de manera que en las últimas horas se especula con que sustituya a Lombardía, en Italia, como principal foco activo de la epidemia en todo el mundo. Mientras que "la presión asistencial es desigual en todo el territorio nacional", como asegura Fernando Simón, portavoz técnico del Ministerio de Sanidad.
Preocupa especialmente la situación de las residencias de ancianos, también más peligrosa en la región madrileña, donde ayer el vicepresidente autonómico, Ignacio Aguado, indicó que se habían registrado contagios en el 20 % de las 500 instalaciones de este tipo que existen en el territorio.
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Así, desde el pasado fin de semana el Ejército español se ha desplegado en las residencias de la tercera edad de todo el país para, entre otras labores, realizar trabajos de desinfección. En el desarrollo de estas funciones se han encontrado ancianos en muy malas condiciones e incluso residentes fallecidos, por lo que la Fiscalía General del Estado ha abierto diligencias para depurar responsabilidades penales.
También el colectivo sanitario sigue estando en el punto de mira, después de que este domingo trascendiera que el 12 % de los casos confirmados corresponden a personal sanitario. De este modo, ya hay carencias tanto de material de protección y de respiradores para las camas UCIs, como de personal en los hospitales de todo el país, especialmente en las regiones más afectadas, como Madrid, Cataluña o País Vasco.
En el caso del material, parece que los suministros van llegando poco a poco al país, como informó el pasado domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y responsables del Ministerio de Sanidad. Así, ya se han repartido cientos de miles de mascarillas entre todas las regiones y ayer comenzaron a distribuirse 640.000 tests rápidos de detección de la enfermedad. A la espera de que lleguen otros 6 millones de unidades de estas pruebas, los colectivos prioritarios para realizarse los análisis serán tanto la población de la tercera edad, como los profesionales de la sanidad que atienden a los enfermos.
Pero a la espera del material no solo se encuentran los centros hospitalarios, sino que también el Ejército, los trabajadores las residencias de mayores y de las funerarias, entre otros muchos. Precisamente, las funerarias se encuentran también en un estado crítico.