Ginebra, 10 oct (Prensa Latina) Con especial atención en la prevención como vía para evitar el suicidio, se celebra hoy el Día de la Salud Mental, fecha en la que la Organización Mundial de la Salud pide 40 segundos para actuar.
La convocatoria precisa que en ese mismo lapso de tiempo se suicida una persona, por lo que la efeméride es una oportunidad para concienciar y movilizar a la población acerca de cuestiones relativas a la salud mental.
Estadísticas de la OMS indican que cada año, cerca de 800 mil personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan quitarse la vida, por lo que el suicidio es una tragedia que afecta a la familia, la comunidad o a todo un país, con consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima.
El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años, precisa la OMS, el cual es considerado un factor de riesgo importante para la salud mental de haberse intentado antes.
Por todas razones está calificado como un problema que afecta a personas de todas las edades y en todos los países.
Desde hace seis años el 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha establecida por la OMS, con el fin de concentrar la atención en la identificación, tratamiento y prevención de algún trastorno emocional.
700 millones de personas padecerán un trastorno mental
El propósito de esta fecha es visibilizar el trastorno mental más grave que están padeciendo los miembros de la sociedad global, para generar un conjunto de estrategias que sirvan de apoyo a estas personas y les permita sobrellevar su enfermedad o curarse definitivamente.
Estimaciones de ese organismo de Naciones Unidas plantean que cerca de mil 700 millones de personas padecerán un trastorno mental a lo largo de su vida , en tanto el 20 por ciento de los niños y adolescentes a nivel global tienen problemas mentales, que se manifiestan antes de los 14 años.
También se calcula que más del 75 por ciento de las personas con trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias que viven en países en desarrollo no reciben ningún tipo de tratamiento o atención.