Ámsterdam, 31 jul (Prensa Latina) La prohibición del uso de todo tipo de prendas que oculten la cara en espacios públicos de Países Bajos entró en vigor este jueves en medio de una fuerte polémica por algunas de las partes implicadas en la aplicación de la ley.
La norma, ratificada por el Senado para el uso de pasamontañas o el velo integral islamista conocido como burka, define la prohibición como 'parcial', y no 'total', porque solo limita la utilización de estas prendas en áreas públicas como escuelas, hospitales, transporte público y edificios gubernamentales.
Aunque se previó que entrara en vigor a principios de julio, las escuelas pidieron un aplazamiento de la norma para que su aplicación no complique el final del curso escolar, provocando tensiones con las madres que utilizan prendas islamistas como el burka o el nikab.
Sin embargo, aun se desconoce cómo se exigirá, en la práctica, el respeto de la ley, cuyo incumplimiento está penado con una multa de 150 euros.
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El uso de tales prendas solo está permitido cuando se trata de una necesidad para la protección del cuerpo por cuestiones de salud, seguridad, deporte o trabajo.
Con la ley, los conductores de autobuses o trenes en Países Bajos tienen la obligación de no permitir la entrada a una persona que lleva el rostro oculto, pero no están autorizados a hacer cumplir la ley.
Ante tal situación, las empresas de transporte han dejado claro que los conductores informarán a los pasajeros de la prohibición, pero evitarán cualquier tipo de choque con ellos, y tampoco detendrán el vehículo hasta que llegue la policía, para no retrasar el viaje.
Tras consultas con el Gobierno, la Policía respondió en una nota oficial que no irá 'tras un tranvía en movimiento donde una persona está infringiendo la ley cubriéndose la cara'.
Advirtió, sin embargo, que entrar en una comisaría con un burka o un pasamontañas es 'incumplir la norma'.
La Federación Holandesa de Centros Médicos Universitarios rechaza la implementación de la ley por temores a que las mujeres con burka eviten la atención médica si no se les permite entrar con ella a los centros asistenciales.
Apuntó que los hospitales 'no deberían encargarse de esta tarea, que es responsabilidad de la Policía y el poder judicial'.
Religión en juego
La prohibición fue puesta en la agenda del Gobierno hace trece años por el político ultraderechista Geert Wilders, quien exigió una prohibición total del burka porque, según él, impide la integración de las mujeres en la vida social y laboral del país.
En respuesta, el partido islamista de Rotterdam (NIDA) se ofreció a pagar las multas a las mujeres que opten por seguir usando esta prenda en espacios públicos.
Alertó que 'la libertad de religión está en juego' y esta norma conduce a la 'estigmatización y al aislamiento' de las mujeres que usan el velo integral.
Con la medida, Países Bajos sigue los pasos de Dinamarca, Francia y Bélgica, donde la prohibición se extiende incluso a las calles, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminase en 2014 que una ley así no viola las libertades religiosas.