Un nuevo caso de supuesta violación en grupo volvió a generar controversia en España.
Poco después del cierre del caso de La Manada, los cinco hombres que violaron a una joven de 18 años en las fiestas de San Fermín en 2016 y fueron condenados por el Tribunal Supremo a 15 años de prisión tras una oleada de protestas histórica, en España se juzga a otro grupo acusado de incurrir en ese mismo delito.
"Me sentí intimidada por la pistola y por ellos. Solo lloraba"
Una joven de 17 años declaró ante los tribunales en Barcelona en el juicio por una violación grupal que sufrió en octubre de 2016 durante una fiesta en una fábrica abandonada, donde siete chicos, apodados como "La Manada de Manresa", la obligaron a practicar sexo con ellos a punta de pistola.
"Me sentí intimidada por la pistola y por ellos. Solo lloraba", afirmó la víctima, que entonces tenía 14 años. La chica relató la agresión sexual protegida por un biombo que la separó de sus agresores.
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Los siete acusados de "La Manada de Manresa", una ciudad de la provincia de Barcelona, están procesados también por abuso sexual -uno de ellos por mirar sin ayudar a la víctima-, con lo que el relato de la joven agredida, y posiblemente el fallo del Supremo, pueden pesar en la decisión de la Fiscalía de elevar las penas y calificar los hechos como violación.
Casi tres años después de la situación traumática que vivió, la adolescente dijo tener "flashes" de lo ocurrido, porque todos habían bebido mucho alcohol y fumado marihuana. Sin embargo, reconoció que aquella noche tres de los acusados la metieron dentro de una caseta y la violaron mientras la amenazaban "pasándose la pistola" entre ellos. También recuerda estar en el suelo y tener encima de ella a una persona con anteojos de sol), que identificó como Yordanis, uno de los acusados.
Según explicó, los hombres la forzaron a hacerles una felación y uno de ellos la penetró mientras ella lloraba y le decía que no quería. Además, recuerda que otras personas se estaban masturbando mientras ocurrían estos hechos.
"No es abuso, es violación"
La víctima, que era una niña cuando sufrió la violación, dijo que había sentido "miedo", estaba "asustada", y que cree que el resto de los acusados también participaron de la agresión porque una amiga suya que estaba en la fiesta se lo contó.
Esa testigo contó a los jueces que escuchó "gritos" de la joven y que los acusados dijeron que querían tirarla al río. Ella intervino y los convenció de que la dejaran llevársela a casa, que le daría algo para que "olvidara" de los sucedido.
En las puertas de la Audiencia de Barcelona, donde declararon también una docena de testigos que asistieron a la fiesta donde tuvo lugar la violación, se convocaron concentraciones en apoyo a la víctima, al grito de "no es abuso, es violación".
Ese fue el lema que estalló en las calles de toda España cuando la Justicia condenó en primera instancia a los miembros de La Manada de Pamplona.