La policía de Hungría detuvo al capitán de un barco que chocó contra una embarcación con turistas surcoreanos a bordo, que se hundió rápidamente en el río Danubio. Se espera que los familiares de los muertos y desaparecidos lleguen el viernes a Budapest.
Siete personas fallecieron, siete fueron rescatadas y otras 21 siguen desaparecidas en el río.
Un grupo de surcoreanos, formado por 30 turistas, dos guías y un fotógrafo, que viajó a Europa en un tour estaba en un recorrido panorámico de una hora por Budapest cuando su embarcación chocó con un barco vikingo en medio de un aguacero el miércoles por la tarde.
Se desconoce el paradero de diecinueve surcoreanos y dos tripulantes húngaros el capitán y su asistente.
El naufragio despertó viejos fantasmas en Corea del Sur, donde muchos siguen traumatizados por el hundimiento de un transbordador en 2014 en el que murieron más de 300 personas, en su mayoría estudiantes.
En sus relatos, los sobrevivientes contaron que tuvieron suerte de tomar un bote salvavidas a la deriva el miércoles en la noche mientras veían con horror como otros a su alrededor gritaban pidiendo ayuda en el agua, en una noche oscura y lluviosa.
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Su pequeño barco turístico casi había terminado el trayecto y estaba cerca de una parada cuando la otra embarcación, más grande, lo golpeó debajo de un puente cerca de la orilla junto al parlamento. De acuerdo con los sobrevivientes, en la cubierta había unas 20 personas tomando fotografías y preparándose para desembarcar. Los otros estaban en el interior.
“Vi a ese gran crucero acercándose mucho pero nunca imaginé que embestiría nuestro barco”, dijo una surcoreana de 31 años apellidada Jeong en declaraciones publicadas por la agencia noticiosa Yonhap.
Los rescatistas siguen buscando a los desaparecidos, pero el operativo se vio obstaculizado por las lluvias y la rápida corriente del creciente Danubio. La búsqueda se alargó río abajo, incluso hasta Serbia, el siguiente país por el que transcurre.
La policía, que abrió una investigación penal sobre el incidente, dijo el jueves en la noche que había detenido e interrogado al capitán ucraniano del otro barco.
El hombre, de 64 años, es sospechoso de poner en peligro el transporte marítimo y provocar un accidente masivo. Según la ley húngara, el sospechoso fue identificado solo como Yuriy C., su nombre y la primera inicial de su apellido. La policía propuso la detención del capitán, a quien la policía había descrito como un experimentado marinero.