La marca de cerveza Grimbergen actualmente está producida por Heineken Alken-Maes y es vendida en el extranjero por Carlsberg. Sin embargo, su origen se remonta a un grupo de monjes belgas de la abadía de Grimbergen que hace 220 años dejaron de producir esta cerveza por culpa de las guerras revolucionarias francesas de finales del siglo XVIII. La receta fue elaborada en masa en la década del 50, pero ahora se comenzó a elaborar otra vez después de redescubrir ingredientes y métodos originales milenarios.
Los hombres de Grimbergen Abbey comenzaron a hacer cerveza en 1128 pero se detuvieron en 1797 cuando los franceses se hicieron cargo del lugar y lo vendieron. Sin embargo, con el tiempo algunas de las marcas de bebidas más grandes del mundo recuperaron el vacío que dejaron las cervezas Grimbergen.
Así, en 1958 se llegó a un acuerdo para que la cervecería Belgian Maes utilizara su marca, y hoy la cerveza es producida por la cervecería Alken-Maes para Bélgica y por una cervecería propiedad de Carlsberg para los mercados extranjeros.
Ahora, en la nueva elaboración, el superior de la Abadía, el padre Karel Stautemas, destapó el primer vaso de cerveza luego de cuatro años de investigaciones para poder lograr la receta milenaria.
"Queremos construir una microcervecería, a pequeña escala y vinculada con la tradición, en el sitio donde estaba la fábrica de cerveza antes de la Revolución Francesa", agregó Stautemas. Alken-Maes y Carlsberg apoyaron el proyecto, confirmó.
De hecho, Carlsberg produce la gama de cervezas Grimbergen para todo el mundo y Alken-Maes la vende en el mercado belga. La cerveza tiene una graduación alcohólica de 10,8% por lo que aconsejan no tomar más de un vaso o dos.
La decisión de volver a producir cerveza desde la abadía se debe a que muchos de los turistas de hoy en día que visitan Grimbergen Abbey se interesan por saber por qué dejaron de producir la cerveza. "Todos los días recibimos visitantes que preguntan dónde está la fábrica de cerveza. Y si vienes del extranjero, no entienden que no la elaboremos. Así es como la idea de restablecer esa tradición ", explicó Karel Stautemas al diario británico The Guardian.