Los chalecos amarillos volvieron a salir a las calles de las principales ciudades francesas por vigesimoséptimo sábado consecutivo, para mostrar su indignación con las políticas económicas y sociales del Gobierno del presidente de Francia, Emmanuel Macron.
A pesar de que en las últimas semanas el número de manifestantes disminuyó, las manifestaciones se produjeron en Toulouse, Nantes, Lyon y Reims.
Las protestas de las últimas dos semanas destacan por haber tenido una participación mucho menor de lo habitual, según los datos del Ministerio del Interior.
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Los manifestantes, que visten prendas fluorescentes de color amarillo, iniciaron el movimiento contra el alza en los precios del combustible y los impuestos, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales y políticas.
Para esta nueva jornada de protestas, los chalecos amarillos que salieron a las calles en Francia eran unos 2.800 a las 14H00 horas locales (12H00 GMT), de los cuales mil 100 en París, según las cifras del ministerio del Interior.
Esta jornada tuvo lugar a una semana de las elecciones europeas del 26 de mayo, en las que la lista presidencial (La República en Marcha, LREM) encabeza los sondeos, prácticamente empatada en el primer puesto con la extrema derecha, la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
Francia vive desde mediados de noviembre de 2018 una oleada de movilizaciones de los llamados chalecos amarillos.
