El hecho ocurrió en Alemania, cuando un hombre que aún se desconoce de su paradero e identificación, aprovechó de robar un Ferrari GTO, modelo exclusivo, con un costo de dos millones de euros, mientras que lo probaba. Las autoridades de ese país emitieron un comunicado en el que se lee la orden de búsqueda.
El sospechoso se presentó el martes a mediodía en un concesionario de coches antiguos en Neuss Uedesheim, en la periferia de Düsseldorf, en Alemania, donde mostró interés por un Ferrari 288 GTO, de color rojo, producido a menos de 300 ejemplares en los años 1980, explicó la policía local en un comunicado.
El hombre, cuya foto fue distribuida por la policía, logró convencer al concesionario para realizar una prueba por carretera, antes de una posible compra. Pero se esfumó con el coche, valorado en 2,2 millones de euros.
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Su anterior propietario no era otro que un ex-piloto de Fórmula 1, el norirlandés Eddie Irvine, según el diario Bild.
El Ferrari finalmente fue visto circulando en otra ciudad cerca de Düsseldorf, Neuss, según testigos. Los policías lo encontraron en un garaje. El conductor sigue prófugo.
En Estados Unidos, un joven de 21 años está enfrentando un juicio por asesinato en segundo grado luego de matar a su propia madre en lo que asegura fue un ataque accidental.
Thomas J. Summerwill, que estudia en la Universidad de Wisconsin-Madison, llegó a la casa de sus padres en Illinois aprovechando las vacaciones de primavera.
Según New York Post, Thomas estaba durmiendo, sintió ruidos en su habitación y se dio cuenta de que “había un intruso”, por lo que tomó un bate de béisbol que tenía colgado en la pared.
El joven golpeó en la cabeza y repetidamente al supuesto delincuente con el bate y cuando prendió la luz se dio cuenta de que era su madre Mary de 53 años.