Una mujer de 64 años falleció en un hospital de Reino Unido luego de ser atacada con un golpe en la cabeza por otra paciente con la que compartía habitación en el establecimiento médico, porque, supuestamente, roncaba muy fuerte y no la dejaba dormir.
Se trata de Eileen Bunting, una madre de cinco niños, quien estaba internada en el hospital Hull Royal Infirmary, en Reino Unido. Según informó The Sun, el pasado 22 de marzo, la paciente que estaba en el mismo cuarto que la mujer la golpeó en la cabeza con una taza porque esta la molestaba mucho con sus ronquidos.
La víctima estaba programada para ser dada de alta un día después del ataque, pero el golpe que recibió en la cabeza agravó su salud y finalmente murió el pasado 4 de abril.
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El hijo de la víctima cree que el ataque a su madre fue “premeditado”. Según declaró al medio citado, después del incidente se descubrió que la mujer que golpeó a su madre había cerrado las puertas para evitar que alguien entrara.
“Las enfermeras debían haber estado haciendo las rondas, notaron que las puertas estaban cerradas y encontraron a mi madre llena de sangre y ella estaba de pie junto a ella con una taza”, declaró Mark Bunting, hijo de la víctima, a Hull Live. “Las puertas habían sido jaladas y atadas con una manta y luego ella precedió a atacar a mi madre. Fue premeditado”, agregó.
En tanto, el esposo de Bunting, Philip, indicó estar seguro de que la causa del ataque fueron los ronquidos de la víctima. “Aparentemente, la noche anterior, otro paciente dijo que la paciente que la atacó se estaba estresando por los ronquidos de Eileen. Tomó una pastilla esa noche, una pastilla para dormir y esa noche solo la atacó. Sé que fue por los ronquidos. Sé que esa es la razón”, relató.
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Si bien el informe de los médicos indicó que la causa oficial de la muerte de Bunting fue una insuficiencia renal, su familia insiste en que el ataque a Bunting hizo que su salud se deteriorara causándole la muerte, según The Sun.
Los miembros de la familia dicen que Bunting fue dada de alta del hospital el día después del ataque, pero que al día siguiente volvió a ingresar. “Ella estaba viendo cosas y hablando con personas que no estaban allí. Ella simplemente no era ella misma”, dijo Philip.