PARÍS (AP) — El arzobispo de París y católicos en toda Francia y el mundo rindieron homenaje a los bomberos que apagaron las llamas en la catedral de Notre Dame, orando el domingo durante una misa especial de Pascua por una rápida reconstrucción del querido templo.
Algunas de las calles aledañas a la catedral medieval también reabrieron seis días después del incendio, lo que les permitió a los turistas ver el desastre más de cerca y a los restaurantes locales reabrir, después de que los bomberos declararon la extinción del último de los puntos de conflagración. Se prevé que Notre Dame permanezca cerrada durante años.
El incendio que devoró la catedral el lunes obligó a los feligreses que querían acudir a Notre Dame en Pascua a ir a otras iglesias para asistir a la misa. La diócesis de París los invitó a acudir a la majestuosa iglesia de Saint-Eustache en la margen derecha del río Sena.
Los bomberos, que trabajaron nueve horas para contener las llamas que consumieron el techo de Notre Dame y provocaron el derrumbe de su aguja, tuvieron un lugar de honor en Saint-Eustache. Policías y un soldado vigilaban la iglesia del siglo XIII. Los visitantes hicieron una larga fila para la inspección de sus bolsos antes de poder ingresar.
El arzobispo de París, Michel Aupetit, entregó a los bomberos una Biblia que fue rescatada de Notre Dame.
“Sus hombres fueron capaces de salvar muchas cosas de la catedral. Pero también salvaron un objeto que es precioso para todos nosotros”, dijo Aupetit. “Aún está un poco sucio, lleno de cenizas y posiblemente un poco dañado por el fuego. Ustedes lo salvaron, y yo quería dárselos. Es una humilde forma de agradecerles”, señaló.
Agradeció particularmente al capellán del servicio de bomberos Jean-Marc Fournier, quien rescató del incendio un cáliz con las hostias consagradas que para los católicos son el cuerpo de Cristo.
Al hablar de la resurrección de Jesús, Aupetit dijo a la congregación: “Nosotros también, hermanos y hermanas, nos levantaremos nuevamente, al igual que lo hará nuestra catedral”.
El arzobispo francés también compartió pensamientos por “nuestros hermanos en Sri Lanka que fueron masacrados” durante una serie de ataques el día de Pascua en iglesias y hoteles, que dejaron más de 200 muertos y cientos de heridos.
A los feligreses de Notre Dame se les unieron católicos y otras personas de diversas partes de Francia y más allá.
“Todos están afectados por lo que sucedió en Notre Dame”, dijo el parisino Michel Ripoche. “La Pascua es una festividad que celebramos cada año, en toda nuestra vida. Claramente lo que sucedió en Notre Dame se sumó a la importancia” de la ceremonia de hoy.