Una devota pareja de ancianos que no podía soportar vivir la una sin la otra se suicidaron después de saber que el marido no tenía mucho tiempo de vivir, según una investigación.
Howard, de 80 años, y Jacqueline Titterton, de 78 años, planificaron meticulosamente su pacto de suicidio y dejaron varias cartas firmadas conjuntamente entre amigos, la policía y su abogado.
En uno, la pareja escribió: "Ninguno de los dos desea vivir sin el otro", informa North Wales Live.
Dijeron que habían disfrutado de "una gran vida" y ambos estuvieron de acuerdo en lo que deberían hacer, y ninguno de los dos presionó al otro.
Su investigación escuchó que dejaron una llave con sus vecinos de al lado para que la policía ingresara a su casa.
También pusieron etiquetas en los artículos con los nombres de las personas que iban a recibirlos.
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David Pojur, forense asistente del norte de Gales del Este y Central, registró conclusiones de suicidio luego de escuchar detalles sobre la pareja que fue encontrada muerta en su hogar en St. Asaph, Gales, el 13 de noviembre del año pasado.
El Sr. Titterton, un oficial retirado de investigación y desarrollo de los fabricantes de vidrio Pilkington, había sido diagnosticado con un cáncer intestinal terminal y estaba recibiendo cuidados paliativos en su casa, donde su esposa, una ex enfermera, podía ayudarlo.
Su vecino de al lado, el concejal del condado Andrew Thomas, dijo en una declaración que el señor Titterton había empezado a lucir frágil, pero parecía estar "bien" unos días antes de su muerte.
Su esposa Susan Thomas los describió como "personas encantadoras" y dijo que la tragedia fue una sorpresa, aunque le había parecido extraño que la Sra. Titterton le hubiera dado un boleto para el parque de Chester el día anterior, diciéndole que no lo haría.
En la mañana del 13 de noviembre, Cllr Thomas encontró un sobre a través de su puerta que contenía £ 500 y una nota que indicaba que se habían suicidado.
"Me preguntaba si estaba leyendo lo que era", dijo.
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Como la pareja había pedido, la señora Thomas llamó al 999. Cuando llegaron los agentes, encontraron al señor Titterton tumbado en un baño vacío cubierto por una manta y una bata, y su esposa estaba en la cama.
El patólogo del Ministerio del Interior, el Dr. Brian Rodgers, dijo que la señora Titterton murió de asfixia y que la muerte de su esposo fue consistente con la misma causa.
La investigación demostró que ambos habían muerto poco después, y la señora Titterton aparentemente había puesto la manta y la bata sobre su marido.
Entre los que recibieron cartas el día en que se encontraron los cadáveres se encontraba Anthony Jones, un amigo cercano de su infancia, con quien habían pasado numerosas vacaciones.
Dijo que los Titterton, que no tenían hijos, disfrutaban viajar, especialmente los cruceros, y compartían las mismas aficiones de la música y la fotografía.
