Benedicto XVI culpó de los abusos a la revolución sexual de los años 60

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"La Iglesia y los abusos sexuales" es el título del documento escrito por el papa Benedicto XVI en el que explica el origen de la pedofilia y pederastia, delitos por los que han sido denunciados representantes de la iglesia católica.

El escrito está dividido en tres partes en las que asegura que este delito se hizo normal desde la revolución sexual de Mayo del 68, comenta cómo impactaron estos actos sexuales en la iglesia y sugiere una solución para superar este problema. No obstante, evita dar una propuesta para eliminar los abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes.

Según AciPrensa, este documento debía publicado en el semanario católico alemán "Klerusblatt" durante Semana Santa. Pero fue filtrado por The New York Post y otros medios.

También informaron que este mensaje tiene el respaldo de al Secretaría de Estado del Vaticano y del propio papa Francisco, y que fue escrito en el marco de la cumbre que el Vaticano organizó en febrero.

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En la primera parte, Benedicto XVI narra el contexto de la década de los 60, época en la que acontecieron protestas para reivindicar derechos propios de la libertad sexual, el ecologismo, el feminismo, entre otras causas.

Opinó que estas luchas acabaron con las prácticas sexuales que, hasta ese entonces, eran normales y señaló que "parte de la fisionomía de la Revolución de 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada".

"Se puede decir que en los 20 años entre 1960 y 1980, los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente, y surgió una nueva normalidad que hasta ahora ha sido sujeto de varios laboriosos intentos de disrupción", publicó.

También manifestó que los casos de pedofilia y pederastia cometidos por los sacerdotes de la iglesia se deben a la falta de castigos severos y a "una justicia garantista".

En la mitad del escrito, Ratzinger escribió que muchos desconfían de la iglesia por las denuncias reportadas contra sus sacerdotes y laicos.

"Fue necesario enviar un mensaje fuerte y buscar un nuevo comienzo para hacer que la iglesia sea nuevamente creíble como luz entre los pueblos y como una fuerza que sirve contra los poderes de la destrucción", indicó.

Otro de los temas a los que se refirió en el documento fueron las experiencias que vivió en Alemania, donde presenció "clubes de homosexuales" formados "en varios seminarios que actuaban más o menos abiertamente" y que "cambiaron significativamente el clima que se vivía en ellos".