Belga descubre 19 años después que su esposa no era lo que parecía

belgica

En los últimos días trascendió la historia de un hombre belga de 64 años que se casó con una mujer de Indonesia llamada Mónica. Sin embargo, luego de 19 años de matrimonio, Jan descubrió que su esposa había sido un hombre en su juventud.

“Nunca había notado nada raro, ni cuando teníamos sexo”, dijo Jan al enterarse la insólita verdad sobre Mónica.

Según Crónica.com.ar la pareja se había enamorado en Indonesia. Allí se conocieron y rápidamente se fueron a vivir juntos. Unos meses después, Jan le propuso matrimonio y se casaron en la ciudad de Amberes, Bélgica.

Según se pudo saber, ambos habían acordado no tener hijos ya que él ya había sido padre en un matrimonio anterior. Vivieron felizmente casados durante 19 años. Pero un día, Mónica tuvo un inconveniente con su documentación y a partir de esa situación empezaron las sospechas de Jan. 

Te puede interesar: Desagradable sorpresa se llevó un pasajero en su comida de avión

Durante muchos años la pareja vivió una vida familiar normal y Mónica, de 48 años, era como una «hermana mayor» para sus hijos hasta que su matrimonio empezó a tener problemas después de que ella consiguiera un nuevo trabajo a tiempo completo. «Mónica empezó a cambiar radicalmente», señala.

«Mi hijo la veía a veces en un club nocturno con ropa muy llamativa, faldas muy cortas y blusas pequeñas», cuenta Jan, quien añade que descubrió todo el engaño después de encontrar «mensajes amorosos» de otros hombres en su ordenador.

"Nunca había notado nada raro, ni cuando teníamos sexo", confesó el hombre al sitio del medio Het Nieuwsblad.

Luego de que ya era evidente, Mónica reconoció que en su pasado había nacido hombre y que justo antes de conocer a Jan, se había sometido a una cirugía para cambiar de sexo.

“Mónica me confesó que había nacido niño pero que ahora era una mujer”, relató Jan, quien se encuentra en tratamiento psiquiátrico por el «shock sufrido» y que emprendió acciones legales para anular su matrimonio.

Jan expresó a un medio de su país: “Yo la traje a Bélgica. Y eso no fue fácil. Los tribunales belgas tenían serias dudas sobre la autenticidad de su nacimiento y sus documentos de identidad. Siempre creí que ella era una mujer atractiva, toda una mujer y no tenía rasgos masculinos. Ella me engañó fingiendo que tenía la menstruación, usaba toallas higiénicas para ocultarme la verdad".