La Iglesia católica pide a los curas que tuvieron hijos a dejar el sacerdocio a través de un proceso administrativo acelerado, para que puedan ocuparse de ellos, anunció ayer un alto responsable de la Santa Sede.
En una entrevista con L’Osservatore Romano (diario oficial del Vaticano), el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el clero, admitió que ese tema “fue tabú durante mucho tiempo”. Además, indicó que desde 2017 una guía práctica formaliza el proceso que se venía llevando a cabo desde hace diez años.
En principio, un cura debe tener más de 40 años para poder dejar el estado clerical. Pero esta regla no se aplica a quienes tuvieron hijos, pues la Iglesia desea que los niños puedan crecer con sus padres.
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"Intentamos hacer todo lo posible para que (los interesados) queden exentos de las obligaciones del estado clerical en el plazo más breve posible, unos meses, para que el cura pueda estar disponible para la madre y para ocuparse del niño”, comentó Stella.
Según él, 80% de las peticiones de este tipo se deben a hijos que ya nacieron.
Por otra parte, el Vaticano anunció una investigación canónica interna sobre el cardenal australiano George Pell, uno de los asesores más cercanos del papa Francisco, declarado culpable de violación de un menor, destaco Excelsior.
Esto puede desembocar en sanciones. La más grave sería su expulsión, que lo devolvería a la vida laica, como al excardenal estadunidense Theodore McCarrick hace unos días.
Pell, ex número tres del Vaticano, pasó su primera noche bajo custodia a la espera de que se emita su sentencia el 13 de marzo por abusos sexuales a dos menores hace más de 20 años.
Pell fue recluido ayer en una prisión de Melbourne después de que le fuera revocada la libertad condicional que gozaba desde que un jurado le declarara el pasado 11 de diciembre culpable de cinco delitos de abuso sexual de menores.