La principal teoría que se baraja como consecuencia de la muerte de Julen, el niño de dos años que cayó el pasado mes de enero en un pozo en Totolán (Málaga), es que el pequeño murió como consecuencia de la caída.
Según El Mundo, un informe presentado por el abogado del propietario de la finca defiende la teoría de que el niño falleció a consecuencia de las labores de rescate iniciales, las que se llevaron a cabo en los primeros momentos.
Presentado esta mañana y realizado por el arquitecto Jesús María Flores Vila, este toma como base la grabación de 25 minutos del 13 de enero en la que se aprecia, según su versión, que el tapón que había sobre la cabeza de Julen “está compuesto principalmente por material disgregado y no compactado, tierra y pequeñas lascas de entre 1 y 2 cm de longitud, de aspecto pizarroso y del mismo color que el material que conforma las paredes del sondeo, lo que prácticamente evidencia que el material que conforma el tapón no solo proviene de las propias paredes del sondeo sino que su presencia en ese lugar es reciente”.
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La idea que defiende el informe presentado por el abogado Antonio Flores es que el niño no falleció por la caída, sino por los golpes que habría recibido en la cabeza por las herramientas que introdujeron para su rescate.
Para afirmarlo, se basa en las grabaciones existentes de aquellos días y en las informaciones recogidas en el sumario del caso. Lo que defiende este informe es que en esas imágenes se pueden ver las manos y la cabeza del niño y que la piqueta de acero introducida en el pozo podría haberle provocado un traumatismo craneoencefálico.
Flores asegura que “los padres le escucharon llorar durante 30 segundos y es imposible que el niño se golpease con la cabeza puesto que cayó de pie. Podría ser que los impactos de esa piqueta le provocasen el traumatismo que provocó su muerte”.
A finales de enero, eldiario.es publicaba que fuentes cercanas a la investigación había revelado a “Europa Press que el cuerpo tiene politraumatismos y heridas compatibles con una caída por el pozo de tan solo 25 centímetros de diámetro. Otras fuentes cercanas al caso han indicado que el pequeño presentaría traumatismo en la cabeza”.
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Un día después de esta publicación, el 27 de enero, el periódico El Mundo, citando el informe preliminar de la autopsia de Julen, informaba de que el cuerpo del pequeño presentaba un “traumatismo craneoencefálico severo” y “politraumatismos compatibles con la caída”.
Hasta ahora, la hipótesis más extendida era que ese golpe en la cabeza se había producido como consecuencia de los materiales que arrastró tras de sí en la caída hasta que se quedó atascado.