Un mes después del inicio de su movimiento, los "chalecos amarillos" se preparan para volver a tomar las calles este sábado, en un contexto de tensión pese a las concesiones y los llamados a la calma del presidente francés, Emmanuel Macron.
En Facebook, principal canal de movilización del movimiento, los llamados a la manifestación en París y en otras ciudades franceses el sábado no dejaron de cundir en los últimos días, llegando a miles de personas.
"No nos rendiremos. Aquí, seguimos igual de activos", explicó a la AFP Roland Jeanjean, jubilado de 62 años, que se pondrá su chaleco amarillo para protestar en Guingamp, Bretaña (oeste).
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"Los compañeros ya se fueron el jueves para poder estar en París para la 'mani'", agregó.
En París, se ha organizado una concentración a las 14H00 (13H00 GMT) en la plaza de République, en el este de la ciudad.
Las autoridades temen que se vuelvan a producir disturbios, después de que la manifestación del pasado sábado se saldara con un número récord de arrestos (casi 2.000), más de 320 heridos y daños y enfrentamientos en varias ciudades, como París, Burdeos y Toulouse (suroeste). 136.000 personas salieron a las calles de Francia.
Para hacer frente, el prefecto de París anunció un dispositivo reforzado de 8.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y 14 vehículos blindados en la capital.
De nuevo, se llevarán a cabo registros, principalmente en las carreteras, en las estaciones y en los transportes públicos en dirección París.
Se protegerá el acceso a instituciones como el Palacio del Elíseo o la Asamblea Nacional, y multitud de tiendas de lujo permanecerán cerradas, si bien los grandes almacenes abrirán sus puertas.
En Burdeos (suroeste) se cerró el acceso a varios parques, bibliotecas y museos; mientras que en Aviñón se llevará a cabo una marcha blanca en memoria de un "chaleco amarillo" que murió atropellado en una rotonda el miércoles por la noche. Se trata del sexto deceso ocurrido al margen de los bloqueos y las manifestaciones del movimiento.