Madrid, 14 nov (EFE).- El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, admitió este miércoles que la Iglesia católica ha guardado durante años un "silencio cómplice" ante los casos de pederastia en su seno, que enmarcó en un contexto de "inacción de toda la sociedad española" ante estos delitos.
"Es verdad que la Iglesia está obligada a un testimonio más coherente que nadie, pero esto no exime al resto de asumir su cuota de responsabilidad en esta cultura común compartida de silencio", consideró Gil Tamayo en declaraciones a Efe una semana antes de concluir su mandato, y tras ser nombrado obispo de Ávila (centro).
La "inacción" de la Iglesia ante los abusos sexuales con menores ha sido la misma que la de toda la sociedad española, insistió: "Compartíamos esa cultura y ahora nos percatamos de que ha sido un silencio cómplice", lamentó el portavoz de los obispos españoles.
"Ahora hay una condena justa de la sociedad, pero hemos convivido hasta hace no mucho tiempo con una dejación social con estas cuestiones igual que se ha convivido, desgraciadamente, con la violencia contra la mujer", añadió.
Tras reconocer la responsabilidad y el silencio de la Iglesia ante estos casos, Gil Tamayo aseveró que en España existe una campaña mediática y política intencionada para desacreditarla y "criminalizarla", y en la que no se duda, incluso, en instrumentalizar a las víctimas y convertir su testimonio en un espectáculo.
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Tampoco está de acuerdo con que las penas o el castigo que impone la Iglesia a los pederastas sean "leves".
"Las penas son más leves por parte del Estado, que las prescribe", y que deja a las víctimas sin posibilidad de defenderse, argumentó.
Por ello, insistió en la necesidad de buscar "un remedio compartido" y que toda la sociedad asuma su responsabilidad ante los casos de pederastia.
El 16 de octubre pasado, la CEE anunció la constitución de una comisión que redactará una nueva normativa para la prevención y protección contra los abusos sexuales con menores dentro de esta institución y que revisará sus protocolos de actuación ante estos casos.
Esa comisión ha estado rodeada de polémica, ya que al frente de la misma estará el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez Fernández, que fue duramente criticado por su actuación frente a un caso de abusos cometidos por un sacerdote de su diócesis, pues un grupo de víctimas acusó al prelado de "encubrir" lo sucedido.