El papa Francisco canonizó este domingo, junto con el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero y al papa Pablo VI, a la monja española Nazaria, que pasó casi toda su vida como misionera con los pobres en América Latina.
Nacida en España, Ignacia March Mesa Nazaria (1889-1943), recorrió varios países, desde México, Argentina y Uruguay hasta Bolivia, donde fundó el Instituto de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, una congregación que cuenta actualmente con casi 80 comunidades en 21 países.
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La nueva santa trabajó en las minas, en los mercados, con los desempleados, encabezó manifestaciones y movilizó a las mujeres para fundar un sindicato obrero femenino.
En Bolivia, donde pasó muchos años y fue su país de adopción, la consideran una santa por su labor con las mujeres y la promoción de la educación.
Madre Nazaria, como la llaman, es ahora un ejemplo para la Iglesia "pobre para los pobres" que promueve el papa Francisco.
El mismo papa argentino conoció su trabajo en las villas miseria de Buenos Aires, las mismas que visitó años más tarde cuando era obispo.
Beatificada en 1992 por Juan Pablo II, la religiosa fue una visionaria y ahora representa a una Iglesia "sin tibieza y sin cálculos, con el ardor de arriesgar y de dejar", afirmó el pontífice tras proclamarla santa durante una solemne y multitudinaria ceremonia en la plaza de San Pedro.
Junto a ella fueron elevados también al honor de los altares los curas italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, la religiosa alemana Maria Caterina Kasper y el laico italiano Nunzio Sulprizio.
"Con estas canonizaciones, el papa quiere decirnos que todos podemos alcanzar la santidad", explicó Giovanni Maria Vian, director del L'Osservatore Romano, el diario de la Santa Sede.