Por primera vez, la Unión Europea ha retirado a dos partidos políticos su derecho a percibir ayudas comunitarias para llevar a cabo su actividad.
Un golpe que dejará prácticamente sin financiación a la Alianza Europea de Movimientos Nacionales (AEMN) y a la Alianza por la Paz y la Libertad (APF), dos agrupaciones ultranacionalistas y euroescépticas que sobrevivían en gran parte gracias a las ayudas del Parlamento Europeo.
El tremendo golpe, que amenaza la supervivencia de ambos partidos, coincide con la ofensiva de Bruselas para frenar política, económica y judicialmente la deriva autoritaria que ha brotado en varios socios europeos.
La decisión contra AEMN y APF es consecuencia del endurecimiento de las normas sobre registro de partidos políticos europeos aprobado el pasado mes de mayo.
La Autoridad para los partidos políticos europeos y las fundaciones políticas europeas, creada en 2014, ha revisado el cumplimiento de las condiciones exigidas para acogerse a financiación comunitaria. Y los dos partidos expulsados del registro no han logrado demostrar que cumplen todos los criterios, en particular, la presencia real en al menos siete países de la Unión Europea.
La AEMN fue creada en 2009 en Budapest y entre sus objetivos figura combatir cualquier intento de crear un “super Estado europeo centralizado” y defender “los valores inalienables del cristianismo”. Entre sus miembros destacados figura Béla Kovács, eurodiputado húngaro (por Jobbik) desde 2010.
Te interesa: Mueren tres niños al estallar una mina en Ucrania
La APF, presidida por el filofascista italiano Roberto Fiorelli, celebró su último congreso en mayo y prometió resistencia porque “los burócratas eurófilos nos quieren muertos”.
Ambos partidos han sufrido ahora el primer varapalo en la historia de la UE, no por su ideología sino por carecer de un alcance plenamente paneuropeo, según explican fuentes comunitarias. El golpe puede amenazar su supervivencia a juzgar por las cuentas más recientes.
La AEMN registró unos ingresos de 395.000 euros en 2016 y de esa cantidad, 332.911 euros procedían del Parlamento Europeo. Las cuotas de sus afiliados o simpatizantes solo aportaron 10.760 euros. Idéntica situación se produce en la APF.
De 420.000 euros de ingresos declarados en 2017, del Parlamento Europeo le llegaron 349.000. Y de cuotas, 2.900 euros y de donaciones, 59.000 euros.