Lisboa, 6 ago (EFE).- Las autoridades portuguesas luchan este lunes por controlar un gran incendio desatado hace tres días en la sureña región del Algarve, donde ya han sido desalojadas un centenar de personas y al menos 15.000 hectáreas han sido arrasadas.
Se trata del primer gran fuego de esta temporada en Portugal, donde el nivel de alerta es máximo para evitar escenas similares a las vividas el año pasado, en el que murieron más de cien personas en incendios declarados en junio y octubre.
Las llamas del Algarve, que afectan principalmente al montañoso municipio de Monchique, devoraron en las primeras 48 horas alrededor de 3.000 hectáreas, pero la ola de calor sentida en Portugal durante el fin de semana, sumada al fuerte viento, han elevado de forma crítica su dimensión desde la tarde de este domingo.
Desde entonces y hasta el mediodía de hoy ha aumentado hasta al menos 15.000 el número de hectáreas calcinadas en la zona, marcada por el relieve montañoso y numerosas aldeas dispersas a las que los equipos de extinción tienen numerosas dificultades para acceder.
Los incendios forestales destruyen las tierras altas del #Algarve en #Portugal, mientras los turistas miran atónitos pic.twitter.com/koLoz6MG8h
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Actualmente trabajan en el lugar más de 1.170 bomberos, 350 vehículos de extinción y 13 medios aéreos, que durante horas no pudieron actuar por la nube de humo que cubría gran parte de la Sierra de Monchique y limitaba su visibilidad.
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Se espera que en las próximas horas se unan a las labores de extinción dos aviones anfibios Canadair, con capacidad de 5.500 litros, llegados desde España, informaron hoy las autoridades lusas.
Mientras, del municipio de Monchique han sido evacuadas alrededor de un centenar de personas, algunas de las cuales llegaron a vivir momentos de pánico esta madrugada en el pueblo de Alferce, donde residentes y vecinos quedaron rodeados por las llamas.
El alcalde de Monchique, Rui André, aseguró a medios lusos que en la zona ya han ardido bastantes casas, algunas de ellas residencias habituales, y calificó la situación de "monstruosa y dantesca".
El incendio empeoró en las primeras horas de hoy, sobre todo por la imposibilidad de los medios aéreos de participar en los trabajos de extinción ante la escasa visibilidad.
La extensión de las llamas también dificultó las labores de los medios terrestres y aéreos, ya que en las últimas horas llegó a registrarse algún frente de más de 10 kilómetros.
Dada la situación, el objetivo ha sido, sobre todo, "garantizar la seguridad de las personas", subrayó hoy en rueda de prensa Jorge Botelho, presidente de la Comisión Distrital de Protección Civil de Faro, capital del Algarve.
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Desde que las llamas se declararon el pasado viernes, un total de 44 personas (11 civiles y 33 bomberos) han tenido que ser asistidas, entre ellas una vecina de 72 años que sufrió quemaduras graves y que fue trasladada este domingo a un hospital de Lisboa.
La mayoría de los heridos son bomberos, que necesitaron asistencia médica a causa del cansancio y del elevado calor, ya que trabajan con temperaturas superiores a 40 grados.
Las autoridades han dicho que no descartan que el fuego esté dominado durante la jornada de hoy, aunque en algunos puntos las llamas se han reavivado en las últimas horas.
El incendio de Monchique es el primero de este año en Portugal, donde la precaución se ha extremado después de los devastadores fuegos registrados el año pasado.
Especialmente grave fue el desatado el 17 de junio de 2017 en la localidad de Pedrógão Grande, en el centro del país, donde murieron 66 personas y 235 resultaron heridas.
En octubre de ese año, Portugal vivió una nueva oleada de incendios forestales en el centro y norte del país, en los que fallecieron 45 personas y un centenar resultaron heridas.
En total, el pasado año se quemaron en Portugal más de 420.000 hectáreas.