Copenhague, 7 jun (EFE).- El uzbeko Rakhmat Akilov, solicitante de asilo y simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico (EI), fue condenado hoy a cadena perpetua por un tribunal de Estocolmo por el atentado con camión del año pasado en el centro de la capital sueca, que dejó cinco muertos.
Akilov recorrió el 7 de abril de 2017 casi 600 metros de Drottninggatan, la principal calle peatonal de la capital, con un camión robado minutos antes hasta estrellarlo contra la fachada de unos grandes almacenes, lo que causó la muerte de cinco personas y heridas a una decena más durante su recorrido.
El tribunal considera que los cinco fallecimientos y la destrucción provocada que originó "peligro público", afectando a funciones esenciales de la sociedad, justifica una condena por terrorismo contra Akilov, culpable también de 119 intentos de asesinato y de poner en peligro la vida de veinticuatro personas.
"No se pueden discutir sus simpatías por el EI, él mismo lo ha repetido y también se deduce del material encontrado en su celular. No hay duda de que la pena total debe ser cadena perpetua", señaló en rueda de prensa el presidente del tribunal, Ragnar Palmkvist, que lo condenó también a ser expulsado del país tras cumplir este castigo.
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Los sentenciados a cadena perpetua en Suecia cumplen de media 16 años de prisión, según datos oficiales.
El fallo recuerda también que Akilov pretendía cometer un atentado suicida, pero la bomba casera que había colocado en el interior del camión solo le provocó heridas leves y pudo huir en metro aprovechando la confusión generada, aunque fue detenido el mismo día por la noche en un suburbio de Estocolmo.
La sentencia, que obliga a Akilov a indemnizar a las víctimas con 14 millones de coronas suecas (1,4 millones de euros), responde a casi todas las peticiones de la fiscalía, que se mostró satisfecha con el dictamen judicial.
El abogado de Akilov, Johan Eriksson, reveló que su cliente estaba "decepcionado" por no recibir una condena de duración concreta y dijo que hasta dentro de unos días no decidirán si recurren o no el fallo.
Durante el juicio, Akilov aseguró que quería matar a todos los "infieles suecos" que encontrase en su camino y que su propósito era obligar a Suecia a abandonar la coalición internacional contra el EI y a no patrocinar una guerra en la que mueren "millones de musulmanes inocentes".
Antes del ataque vio en su teléfono celular discursos islamistas y se grabó jurando lealtad al EI y, en los meses y días previos, usó servicios de mensajería encriptados para comunicarse con personas vinculadas a las células tayikas -Akilov pertenece a esa etnia- del EI entonces asentadas en Mosul (Irak).
Pero ni el EI ha reivindicado nunca el atentado ni otras personas han sido detenidas en el extranjero en relación con el caso; sí en Suecia, pero solo él ha sido finalmente procesado y juzgado.
Akilov -de 40 años, separado y con cuatro hijos- llegó a Suecia en 2014 y pidió asilo alegando que sufría persecución política en Uzbekistán, pero las autoridades no dieron credibilidad a su solicitud, que además había hecho bajo identidad falsa.
Su demanda de asilo fue rechazada finalmente en diciembre de 2016, cuando se decretó su salida del país, y fue a finales de febrero cuando la policía emitió una orden de búsqueda contra el ciudadano uzbeko, que sin embargo permaneció en Suecia en la clandestinidad.
A raíz del atentado, el Gobierno sueco aprobó, meses después, un paquete de medidas para aumentar la seguridad en los espacios públicos y mejorar el control de personas que constituyen una amenaza a la seguridad, además de endurecer las penas por delitos vinculados con el terrorismo.